| Capítulo 1.- El vuelo |

10.1K 578 285
                                    

Sebastián

Es posible que el tiempo que ha pasado en mis manos y rostro, me hagan ver distinto. Considero, que los hábitos que he adquirido me han traído hasta este momento, me gustaría tomar otro vaso de whisky para poder dormir o, al menos, tratar. A mis 28 años me he convertido en presidente de la empresa familiar, aunque mi madre tiene la última palabra cuando ella lo requiera. Siendo una empresa de joyas y accesorios exclusivos, buscamos la innovación continua de nuestros productos, siempre con el objetivo de ofrecer calidad, belleza y elegancia hacia nuestros clientes o artistas encargados de la promoción. Nuestra compañía La Croix ha cosechado grandes éxitos, aclamada por el mundo de la moda y la extravagancia, posicionándose como una marca de élite y el centro de atención desde hace ya unos años.

Ahora, estamos trabajando en ofrecer más de nosotros, buscando la pieza correcta, tenemos que crear algo que impacte y sea único en el mercado. Algo que pueda dejar a la competencia en un amplio hueco que no puedan cruzar, para ello, y con la nueva temporada de productos, necesito estar trabajando todo el día sin descansos. Teniendo reuniones, asesorando, supervisando y dando la cara por la empresa en entrevistas, eventos y demás. Mi vida al ojo público, a pesar de no actuar en la escena musical o cinematográfica, es importante.

Me siento cansado.

— ¿Señor, Sebastián...? — Preguntó mi asistente con la puerta medio abierta, en mi oficina no había luz salvo la pantalla de mi laptop, yo estaba recargado en mi asiento cubriendo mis ojos con la mano izquierda —. ¿Puedo pasar? — asentí levemente

— ¿Ahora qué? — le dije con voz grave

— Creo que debemos abrir un poco las cortinas para revivir este lugar— dejó su carpeta en mi escritorio y caminó hacia ellas, las cuales, dejaron entrar una molesta, cegadora y torpe iluminación que me carcomía los nervios —. Me sorprende como es que puede vivir de esta manera, ¿estará adoptando algún estilo vampirista? — retiró los vasos vacíos que estaban frente a mí

— ¿A qué venías, Aghaté? — acomodé mi corbata, aún con los ojos entrecerrados

— Sólo quería recordarle su agenda de hoy, tiene una junta en dos horas, Oliever está esperándolo afuera, la cena con Génevieve...

— Ha insistido, ¿no es así?

— Llamó un par de veces

— Génevieve — suspiré antes de levantarme de mi asiento —. ¿Qué más?

— El piloto de su jet privado confirmó su accesibilidad para el vuelo hacia Los Ángeles, dijo que esperaría la fecha en que desee partir

— ¿Vuelo? — serví un poco de whisky —. Oh sí, para los eventos de la marca... — me detuve y volví a girarme hacia ella —, dile a Oliever que pase, necesito hablar con él

— Claro, compermiso

— Aghaté...

— ¿Sí?

— Cancela la cena con Génevieve, no creo tener tiempo el día de hoy

— Está bien, le diré que su agenda está apretada, ¿algo más?

— Si vuelve a llamar, dile que salí a unas cosas del trabajo, no sé... — di un sorbo —. Olvídalo, mejor me encargo de eso yo mismo, no te preocupes

— De acuerdo, iré a decirle al señor Oliever que entre, compermiso — ella salió de mi oficina, a los pocos minutos entró mi socio y mejor amigo

— ¡Sébastien! — Exclamó al cruzar la puerta, sostenía un legajo negro —, pero vamos, tienes una cara de haber muerto como no te imaginas

— Debería estarlo — me senté de nuevo

Cenizas [YAOI-GAY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora