Especial Cumpleaños de Skylar.

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Jayden y Skylar
17 y 15 años.

Jayden y Skylar estaban en el patio de Lodghart admirando las nubes y sus diversas formas, los chicos estaban acostados en el pasto tranquilamente, uno a lado del otro.

De repente, Jayden se levantó, causando que su amiga se asustara y se levantara de igual manera.

— ¿Que sucede Jay Jay?

Su amigo frunció el ceño ante tal apodo, nunca le había gustado que lo llamaran así pero tampoco quería hacer sentir mal a Skylar.

— Antes que nada, no me llames así. Segundo. ¡¿Cómo es posible que no me hayas dicho nada!? ¡Podías habermelo recordado!

— ¿Jayden? No se de lo que me estás hablando.

— ¿Estás hablando en serio?

La pelinegra asintió lentamente mirando a su amigo.

— ¡Skylar Alessandra Scheller! ¡Mañana es tu cumpleaños y debemos hacer una fiesta! —el castaño comenzó a caminar en círculos—. Cumples 16 y sabes que se hace una fiesta. Por dios, tenemos que hacer muchas cosas. Debemos hacer invitaciones, hacer los arreglos, buscar el lugar en donde...

— Jay. —lo cortó la pelinegra.

— No, no, no interrumpas. Bucar el lugar en donde será la fiesta, buscar tus acompañantes para...

— Jayden. —lo llamó.

— Para que te acompañen en todo, y también tenemos que ver a quien vmos a invitar, y...

— Jayden para.

— No, no, me voy a arreglar todo. Niña maleducada.

— Pero si yo...

— No, nada. —la cortó.

Justo cuando terminó de pronunciar aquellas palavras, Jayden salió corriendo a avisar a los demás.

Skylar se quedó ahí parada, sin nada que decir, su amigo había actuado de manera exagerada, ella no quería nada, ni siquiera quería regalos. Ella lo único que quería era poder estar junto a sus amigos y seres queridos.

La pelinegra había decidido buscar a Mackenzie —su otra amiga de Lodghart— para poder salir a algún lugar y pasar el rato. La encontró sentada en una banca en el patio, estaba tan sumida en sus pensamientos que no se había dado cuenta de que Skylar se había sentado a su lado.

— Adivina lo que hizo Jayden ahora. —le comentó Skylar.

— No tengo idea, siempre hace cosas raras.

— Se puso frenético por mi cumpleaños y decidió hacer una fiesta para que todos supieran.

— Pero tu no eres una persona de fiestas.

— Dile eso a él

— ¿Y cuándo piensa hacer la fiesta?

— Mañana.

— Está demente —la volteó a ver—. Es imposible organizar una fiesta de un día para otro.

Nunca me dejes [Actualización lenta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora