Cap 42. Desesperado.

13 3 0
                                    

Pov. ⒶⒹⓇⒾⒺⓁ

Evelyn, por favor, ayúdame a entrar a Afora. — Le pido a mi hermana. Llevo toda la mañana suplicándole ayuda. Ya intenté con Aziel y Sorya, pero se negaron rotundamente.

Ya te lo dije, Adriel, no puedo. Si Ameri se entera, me castigará, y no creo soportar un minuto como humana. — Me responde mientras se trenza el cabello.

Mierda, maldita sea, Evelyn. Si lo que necesito es hablar con ella, ¿cómo mierda hago? ¿Eh? — Respondo iracundo. Evelyn bosteza y, prácticamente, me deja solo con mi rabia.

Ay, hermanito, lo siento, tengo que irme. — Y de inmediato desaparece.

Me agacho en un rincón. Ya voy por la tercera vez y nada. ¿Qué debo hacer? ¿Matarme, tal vez, para hablar con Ameri...?

Cierro los ojos un instante, y algo parecido a un mareo recorre mi cuerpo. O eso creo.

— ¿Cuál es tu urgencia, Adriel? ¿Ya piensas darte por vencido? — Me dice una voz, lejana y al mismo tiempo cerca.

Abro los ojos, y el color morado y amarillo prevalece. Es imposible no sonreír. Estoy en Afora.

— ¡Ameri! — La nombro, y de inmediato ese ser omnipotente aparece frente a mí.

Es ella. — Contesto, y Ameri me mira con cara de póker. — ¡La adivinanza! El acertijo ya lo resolví: es Phoenix. — Le aclaro a nuestro ser supremo.

Estoy con ella. Comprobé que la amo. ¿Qué debo hacer exactamente, Ameri? ¿Casarme? ¿Preñarla? Dime... Estoy como un total y estúpido humano a su merced. Ameri, soy su esclavo. — Le pido, pero ella solo ríe de mis palabras.

Lo peor es ver la burla en su rostro.

— ¡Ohhh! ¡El niño egocéntrico reconoce que será su esclavo! ¡No que no, chiquitito! — Ameri ríe y me contesta.

— ¿Ya te recordó? ¿Te ama? ¿Te lo dijo? — Niego, pues en realidad no ha pasado exactamente eso.

Tenemos una relación. Sé que me quiere, aunque está confundida. Pero es mía, Ameri. Y no me recordó porque yo se lo dije. — Le contesto, pero Ameri se desaparece y yo despierto. Lo peor es que Phoenix me está llamando.

Estaba en mi apartamento cuando pasó.

— ¡Ohh, vaya, Adriel! Por fin despiertas. Ya estaba buscando el número de emergencias para reportar un viejito desmayado. — Abro los ojos justo a tiempo para verla reírse a carcajadas.

Me incorporo, todavía un poco aturdido. Su risa inunda la habitación, y por más que me irrite su comentario, no puedo evitar fijarme en cómo sus ojos brillan.

— ¿Viejito? — mascullo, frotándome el rostro. —  pero bien que gimes mi nombre y me disfrutas, Cosita.

— ¡Uf, qué gracioso! — me responde sarcástica, rodando los ojos. — ¿Qué te pasó? Te llamé como veinte veces y no contestabas. Cuando llegué, parecías un muerto. Aunque claro, eso no sería nuevo en tu caso.

La observo con una mezcla de exasperación y ternura. Ella nunca se calla, nunca deja de buscar la última palabra. Pero en el fondo, sé que está preocupada, aunque jamás lo admitiría.

Solo estaba… soñando. — Mi respuesta es deliberadamente vaga, pero no quiero mentirle del todo.

— ¿Soñando? — repite incrédula, mientras se cruza de brazos. — Estabas completamente tieso, Adriel. Parecías muerto de verdad.

ÁNGEL OF DEATH ¡Enamorado.!!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora