ÁNGEL OF DEATH ¡Enamorado.!!!

Cap 25. Guerra.

Pov. ⒶⒹⓇⒾⒺⓁ

Me recargué en el escritorio mientras veía cómo se retiraba de mi oficina. Una sonrisa cruzó mi rostro al escuchar su comentario.

—Vejete… —murmuró apresurada, sin siquiera mirarme.

Estiré las manos y traqueé mi espalda. Esta mañana hice una rutina doble de gym, y creo que me está pasando factura. Como ángel nunca me ocurrió esto: mi cuerpo está cansado y estropeado.

Fui interrumpido por un grupo de alumnos que querían discutir el proyecto del caso penal.

Mientras les explicaba, mi mente divagó unos segundos. Mi atención se centraba en ella, Mi Cosita.

Tiene una energía diferente, y no me refiero únicamente a la terquedad que irradia cuando discutimos. Hay algo más. Mi cuerpo la desea; ella es mi complemento.

“Vejete”. Sonreí, no porque me pareciera gracioso, sino porque no tenía idea de lo que decía. Si recordará quién soy realmente…

Lo cierto es que su actitud me descoloca. No solo por irrespetuosa, sino por su esencia.

Me acomodé el atuendo, intentando ignorar la sensación extraña que me provoca verla.

Desde que Amerí me castigó, mi vida no ha sido la misma. En sueños me atormenta, estos sueños que nunca tuve, con recuerdos difusos y sensaciones que parecen gritarme que fui un idiota y que Phoenix es mi todo.

Cuando por fin mi oficina quedó vacía, levanté la vista hacia la ventana. Una ligera brisa movía las hojas de los árboles del campus, pero en mi mente solo había caos.

—¿Qué haces aquí jugando a ser un profesorcito? —preguntó una voz a mis espaldas.

Me giré y encontré a Aziel, sentado en un mueble reclinable con una sonrisa burlona en el rostro.

—¿Te divierte verme así? —repliqué, cruzándome de brazos.

—Un poco. Es extraño verte en este papel de "educador" y a tu edad. Aunque, siendo honesto, es divertido verte lidiar con humanos.

Antes de que pudiera responder, Adará nos interrumpió con su actitud despreocupada.

—Aziel tiene razón, Adriel. Esto es patético. ¿Por qué simplemente no tomas a Phoenix y la llevas contigo? Amerí nunca se enterará.

—Sabes bien que no quiero ser castigado nuevamente. La obtendré como se debe —contesté.

Adará soltó una carcajada inmensa.

—¡Jajaja! Sabes bien que Phoenix jamás se meterá con un hombre maduro como tú —dijo burlándose de mí.

—¿Tú para ella eres un...? —No la dejé terminar y respondí.

—Un vejete.

—¡Exacto! ¿Cómo lo supiste? Estaba pensando en qué diría ella —expresó Adará contenta. Para ser un ángel de la compasión y el amor, no lo parece.

—Seguro eres un ángel compasivo, pareces una… —Corté mi comentario. Ya saben, nada bueno.

—¿Acaba de decirme así? Creo que la miré de más… no sé —dije, pero me molestó nuevamente el comentario de Aziel.

—¡Jajaja! Adriel, Adriel. Te he dado una opción. Phoenix es linda; yo podría conquistarla y quedarme con ella. Tú serás libre. Puedo hacerlo. Hablaré con Amerí, solo di que sí, hermanito —me ofreció Aziel por milésima vez, y yo respondí lo mismo de siempre.