CAPÍTULO 3: DUDAS...

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El domingo Eva se levantó más temprano de lo normal, quizá porque ayer había dormido demasiado. Abajo en la cocina no oía ningún ruido así que pensó que su madre estaría durmiendo todavía. Se lavó la cara, se vistió y decidió bajar a la cocina para comprobar si su madre estaba allí y de paso, cogería algo para desayunar ya que tenía mucha hambre.De este modo, cuando ya se  hubo arreglado, bajo las escaleras en dirección a la cocina. Cuando llegó, vio que no estaba su madre sentada en la mesa tomando su café descafeinado como era habitual. "Estará dormida" - pensó Eva pero entonces.. vio un posit pegado en el frigorífico donde ponía: "

Buenos días. He salido un momento a hacer unos recados, vístete que  cuando venga nos vamos a comprar el material escolar para mañana PD: Te he dejado una tostada con Nutella en el microondas y hay botellas frías de Sunny en la nevera. Att:Mamá 

Y entonces Eva  volvió a la cruda realidad. de su ciudad (en el que llevaba  cinco años), con sus amigas y sus cosas de siempre.... pero ahora no tenía nada de eso, ahora se enfrentaba sola sin conocer a nadie y eso... no es que arreglara mucho las cosas, de manera que trató de no pensar más en ello y se puso a desayunar.

Cuando terminó de desayunar, subió a su cuarto a vestirse. De repente, el recuerdo de la mirada que cruzó con aquel chico  en el supermercado la tarde anterior acudió a su memoria y la sobresaltó a la vez a que su corazón latía con fuerza, entonces nuevas dudas sentimentales empezaron a rodar por su cabeza y aunque las desechó enseguida porque para ella enamorarse no era algo que estuviera en sus planes lo que no sabía es que ese tipo de cosas no se eligen sino que tan pronto estás diciendo que nunca te vas a enamorar y de repente sin saber como tienes a esa persona con la que se te acelera en corazón cada vez que la ves ocupando tus pensamientos las veinticuatro horas del día.

Llena de dudas, optó por irse a dormir, ya que mañana tendría que empezar en ese instituto donde se sentiría como una hormiga insignificante gracias a la genial idea que tuvo su madre de mudarse de casa. "De verdad, que a las madres a veces no hay quien las entienda. Bueno, a ver como afronto  mañana el día que me espera-pensó Eva" 

Lo que no sabía, es que un acontecimiento inesperado, iba a cambiar todo esos pensamientos negativos que inundaban su cabeza...



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