Los días avanzaban, y con ellos yo también. Cada vez me sentía más a gusto en el instituto ya que me había hecho amiga de Sara y Ainhoa, dos compañeras de clase muy amables que comprendieron como me sentía porque ellas, también eran nuevas y tenían la misma sensación rara que yo. Esa sensación de ser la "nueva" y pensar que no vas a encajar, que los demás se reirán de ti cada vez que te pierdas por los pasillos etc. Pero por suerte esa sensación, ya había desaparecido y tampoco, me perdía por los pasillos.
Y respecto a Álvaro, cada vez hablábamos más. Nos pasábamos los recreos hablando y gracias a eso, iba conociéndole un poco más, pero también me daba cuenta de que cada vez me gustaba más.
Un día, estábamos hablando y me contó algo que me sorprendió bastante: me dijo, que su padre, al cual estaba muy unido, había fallecido cuando el apenas tenía 12 años y entre esos ojos misteriosos, me pareció ver que se le escapaba una lagrima, cosa que me pareció un poco rara, ya que a simple vista parecía un chico duro y difícil de tratar. Quizá por ese motivo, saque a veces su vena borde que me ponía de los nervios pero que a la vez me resultaba encantadora como todo lo que hacía. También quizá por ese motivo, se perciba ese misterio en sus ojos marrones de color café, o tal vez, solo sean suposiciones mías porque no me ha contado nada al respecto.
Otro día, estábamos hablando y me pidió una cosa que me sorprendió aún más pero que sobre todo, me puso de los nervios:
-Oye Eva... ¿Te puedo pedir un favor?- me dijo casi susurrando y con cierto tono de nerviosismo en su voz.
-Claro-le contesté
- Mmmm... Es que resulta que yo... no soy muy bueno en inglés que digamos y como tú, lo dominas tan bien casi tanto como si hubieras nacido en Londres...
Calló un momento como si estuviera pensando cómo seguir, aunque yo ya sabía más o menos lo que iba a decir, esperé mientras trataba de esconder mis mejillas en la chaqueta para intentar disimular el tono rojizo que las había teñido tras el alago que me había hecho o simplemente porque era muy difícil mirarle a los ojos y mantener la mirada sin que se notara todo lo que mi corazón sentía en silencio.
-Me preguntaba- continuo- si tu podrías ayudarme un poco para el examen del Martes.
-Claro, claro -dije sin pensarlo- Cuenta con mi ayuda.
-Gracias Alba te debo una- dijo con su media sonrisa.
-Me debes dos- constaté yo riéndome- recuerda lo de la chaqueta
-Es verdad- dijo a carcajadas. Y esta vez, me pareció a un más adorable- ¿Cuándo quedamos?
-Emm ¿Qué?
-¿Qué cuando quedamos para que me ayudes con el inglés? Eva despierta
-Ahh si. Es que estaba pensando que día me viene bien- dije disimulando A ver... hoy es viernes ¿El sábado te parece bien?
-Perfecto- contestó- ¿En mi casa te parece bien? Y... ¿A qué hora?
Tardé un poco en contestar y cuando lo hice no pude evitar disimular por completo mis nervios.
-Espera... ¿En tu casa?
-Si, a ver... ya sé que no todos los días, un joven tan atractivo como yo, te invita a su lujosa casa y entiendo que te choque al principio pero ofrecerte mis aposentos y mi agradable compañía es lo mínimo que puedo hacer para devolverte el favor- me dijo con una sonrisa
-Idiota- contesté y me dispuse a marcharme
-Ehhh espera- me dijo cogiéndome del brazo- Era broma lo siento mucho. Aún no me has dicho la hora.
-A las 19:00- contesté de mala gana
-Vale allí te espero y después nos fuimos en dirección a clase, ya que había acabado el recreo.
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EL SECRETO DE ÁLVARO.
Ngẫu nhiênEva es una chica de 16 años que se ve obligada a cambiar de ciudad y mudarse a París, ya que han despedido a su madre en el trabajo. Al principio Eva, no está conforme con el repentino cambio, ya que tiene que dejar todo atrás, y empezar una vida...