Al día siguiente, me desperté con una sonrisa en los labios. Había soñado que Álvaro me había besado y aunque al principio, pensaba que solo se trataba de un sueño más, como todos los que tenía cada noche desde que la primera vez que le vi, luego, una vez me hube despejado un poco, puede comprobar que no se trataba solo de un sueño, sino que había ocurrido de verdad.
De repente, me levanté de la cama y fui corriendo a mirar en móvil, en busca de señales que me aseguraran que lo de ayer había ocurrido de verdad. Pero al abrir el móvil, no tenía ningún mensaje de él, sin embargo, releí la conversación que habíamos mantenido la tarde anterior por whassapp antes de que yo fuera a su casa, y no puede evitar sonreír. Era tan bobo pero a la vez era tan adorable-pensé. De repente, un grito de mi madre me despertó de mis pensamientos y me hizo volver a la realidad.
-Eva cariño ¡arriba!
-Ya estoy despierta mamá –contesté. Ahora bajo que me estoy cambiando
- Vale... ¡Pero date prisa hija, que se enfría el desayuno!- me gritó desde la cocina.
Me vestí rápido y fui a desayunar, cuando llegué a la cocina, vi que mi madre estaba recogiendo su plato.
-Mamá... ¿No desayunas?- la pregunté mientras untaba una tostada con Nutella
-Ya he desayunado hija- dijo con una sonrisa. Estaba esperando a que te despertaras para desayunar contigo, pero como parece que se te han pegado un poco las sábanas como tenía mucha hambre, pues al final he desayunado por mi cuenta.
Volví a mirar el móvil para ver qué hora era, ya que antes, aunque lo había mirado, sinceramente solo me había preocupado en ver si tenía algún mensaje de Álvaro que me verificase que lo de ayer no se trataba solo de un sueño.
Eran las 11:30 y esta vez, aunque ya no necesitaba la prueba de ningún mensaje, sí que me había escrito pero decidí mirarlo luego.
-Hija que tal te fue ayer con tu compañero ¿Se enteró de lo que le explicaste?
-Si- dije disimulando mientras trataba de no pensar en el beso para que no enrojecieran mis mejillas, y mi madre no notara nada extraño.
-Me alegro. ¿Cómo se llama?
-Se llama Álvaro- contesté. Y esta vez, no puede evitar que se me escapara una sonrisa a la vez que pronunciaba su nombre. Recé porque mi madre no lo hubiera notado.
Me estaba poniendo muy nerviosa hablando de todo aquello relacionado con Álvaro, así que decidí cambiar el tema de conversación.
-Mamá ¿Me puedo ir luego a dar una vuelta?
-Claro hija-me contestóDe esta forma, terminé de desayunar, ayudé a mi madre a recoger los platos y subí a mi habitación a terminar los deberes. No tenía muchos, solo tenía que leer una cosa de lengua y repasar un poco el examen de inglés del martes, así que los terminé rápido y me fui a dar una vuelta por el parque.
Mientras iba caminando, no podía evitar sonreír como una idiota al recordar aquel beso... mi primer y tal vez mi último beso. Quizá para él no significó nada, y ya me estoy ilusionando como siempre...
Llegue al parque y me senté en un banco. Acto seguido, miré el mensaje de Álvaro:
Álvaro: Gracias por tu ayuda.. te debo una y te sorprenderá
Sonreí y me quedé pensando con que cosa me sorprendería
Cuando de repente... note que unas suaves manos me tapaban los ojos por detrás...
-¿Quién er...? Empecé
-Shh calla...
Le reconocí, era él... era Álvaro.
Entonces me quitó las manos de los ojos, llevó mi cara hasta él y me besó.
Me deje llevar y disfruté del cariño que me transmitían sus labios, y no pude evitar sonreír en medio del beso- Él lo noto y paró
_Qué... ¿Sorprendida?- dijo entre risas
-Si – dije yo con cierta timidez, mientras pensaba que no podía quererlo más.
-Pues espera que no he terminado- dijo mientras me indicó que nos sentáramos en el banco.
Nos sentamos, me cogió de las manos y me dijo con cierto nerviosismo.
-No sé si me explicaré bien... porque es la primera vez que siento esto (hizo una pausa) Pero te quiero... Te quiero desde el primer día que miré de reojo en esa tienda de discos... desde entonces según te he ido conociendo, he notado que te necesito en mi vida, ya ha pasado bastante tiempo, sé que quizá no lo suficiente para confesarte esto... pero te necesito.
Se calló y me miró como esperando a que dijera algo y yo incapaz de pronunciar palabra, como respuesta le besé.. Ese beso fue más largo e intenso que el anterior y el beso... habló por nosotros dos.
Te quiero-le susurré.
Definitivamente, no era un sueño... era realidad
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EL SECRETO DE ÁLVARO.
RandomEva es una chica de 16 años que se ve obligada a cambiar de ciudad y mudarse a París, ya que han despedido a su madre en el trabajo. Al principio Eva, no está conforme con el repentino cambio, ya que tiene que dejar todo atrás, y empezar una vida...