Experimentos (Actualizándose)

Cantares dulces

He vuelto y con mas inspiración que nunca. Pues nada, seguimos con esta romántica historia.

Unas horas después:

Al abrir los ojos veo una luz blanca y borrosa, era el Sol que estaba arriba del todo. Al recordar lo que había pasado me doy cuenta que estoy tumbado en la arena, bajo agua. Por reflejo abro la boca dejando escapar estúpidamente un poco de aire. En ese momento debía mantener la calma, aguantar la respiración y nadar lo más rápido que pudiera de la fría y salada agua de mar. Por suerte sabía nadar, pero el cuerpo no me respondía ¿Por qué? Más calmado pude oír a lo lejos a alguien cantar. No estaría tan aterrado sino fuera porque estoy bajo el agua y...¿Por qué no me estoy asfixiando?¿Será por ser humanoide?Espera ¿¡Cuánto tiempo llevo bajo el agua!? Metido en mis preguntas y nervios, la bella voz se oía más cerca, recitando un poema:

Pirata de mar y cielo,
si no fui ya, lo seré.
Si no robé la aurora de los mares,
si no la robé, ya la robaré.

Pirata de cielo y mar,
sobre un cazatorpederos,
con seis fuertes marineros,
alternos, de tres en tres.
Si no robé la aurora de los cielos,
si no la robé, ya la robaré.

La poesía puede tener muchos significados, pero nunca sentido. Lo que recitaba y cantaba podía ser un amorío que tuvo hace tiempo y lo perdió o como yo lo entendí, era su forma de decir que me robará, literalmente el alma. Para mi sorpresa, ella dejó de cantar y se acercó tímida y preocupada. Si nunca habéis bajado a las profundidades del mar os puedo garantizar que es oscuro y muy silencioso.

-Ahoy-saluda con bastante claridad.

Por fuera estaba asustado, pero por dentro fascinado, tenía delante de mis ojos a una autentica sirena de mar y me había hablado. ¿No podía ser más afortunado? La chica pez me miraba curiosa desde arriba. Era un momento tan mágico. Entonces un pensamiento fugaz pasó por mi cabeza. Miro mi mano y mis pies: los puedo mover. Con suaves movimientos me pongo de pie en frente de la chica ¿Cómo era posible?¡Claro! Ella había dejado de cantar. Sin decir nada más pego un gran salto para impulsarme y ayudándome de brazos y piernas salir a la superficie mientras la hermosa sirena se me quedaba mirando maravillada, pero algo llama su atención asustándola y haciendo que se marche. Por otro lado nadaba y nadaba y nadaba sin pararme "Guau, si que he bajado mucho" pensé al sentir que me estaba cansando y aun no llegaba "Es increíble que mi cuerpo haya aguantado tanta presión...¿Qué habrá visto?" Me detengo y dirijo la mirada en la dirección por donde apareció, casi me quedó sin oxigeno. Millones y millones de sirenas nadaban en fila india con arpones y armaduras. Me quedo quieto sin hacer ni un solo movimiento para que no me vieran ya que estaba justo de bajo de ellas. De repente escucho un grito. La que parecía ser la líder detiene el "andar" de su "ejercito" Unos segundos después, de la oscuridad surgen dos tiburones blancos como el marfil agarrando con sus bocas con mucho cuidado a la muchacha de antes que se resistía en vano.

-Aye, por fin te tenemos-dijo la líder sonriendo de medio lado en su lengua. Era una mujer pez de mediana edad. Cuando habló dejó escapar dos burbujas de aire lo suficientemente grandes para que me sirvieran recuperar oxigeno.

-Os pido clemencia-responde en la misma lengua.

-Ya te hemos dado demasiadas oportunidades-

-Por favor denme otra, no lo volveré hacer-no las entendía, pero por el tono de voz de la joven y la adulta, parecía que estaban discutiendo.

-¡No!-tronó la mayor soltando muchas burbujas de aire-Cada vez que te traemos a alguien de la superficie para que lo enamores y lo mates lo dejas escapar-

-Pero...-

le da la espalda y alza los brazos-¿¡Cuando se ha visto a una de nosotras salvar a un inferior!?-pregunta dirigiéndose al grupo de sirenas que gritaron furiosas.