Escándalo Tentador

Capitulo 18: Guía para caballeros sobre cómo complacer a su esposa

La conversación de Penélope con Lord Kenworthy había sido bastante anodina, lo que supuso que era apropiado dado el aburrimiento general que sentía hacia todo su noviazgo. La cualidad más impactante de Lord Kenworthy parecía ser su tendencia a nunca sorprender. Como tal, ella decía todas las cosas apropiada y educadamente, y su antiguo pretendiente, aunque verdaderamente decepcionado, era un caballero en cuanto a la transferencia de sus afectos. Supuso que debería sentir un persistente sentimiento de culpa, pero todos sus pensamientos estaban llenos de Colin y su futuro juntos, así que no había lugar en su corazón para nada más que felicidad.

Esa noche, ella estaba en la cama soñando despierta con los viajes que Colin estaba planeando para ellos después de su visita a Aubrey Hall para el verano. Él insistió en un viaje de bodas apropiado donde pudieran explorar juntos sin límites. Penélope podía imaginarlo ahora: haciendo el amor por la mañana y por la noche, la emoción de nuevos lugares exóticos durante el día y encontrando lugares ocultos para escribir juntos. Colin le había dado un exquisito diario encuadernado en cuero como regalo de cortejo y Penélope planeaba llenarlo con ideas para una novela.

Lo que más deseaba era pasar tanto tiempo con su marido como quisiera. Nunca se había dado cuenta de lo agotador que era no ser conocida por nadie. Se había estado escondiendo toda su vida: primero, de una familia que se apresuraba a ridiculizarla, y más tarde, ocultando su amor por Colin y su ocupación secreta a todo el mundo. Ahora tenía un compañero que lo sabía todo y la libertad de hablar y comportarse libremente era estimulante.

Un suave golpecito en la puerta la sacó de su ensoñación y rápidamente se levantó para abrir. ¿Qué podía necesitar Martha a esa hora de la noche? Pero cuando abrió la puerta, no era su doncella quien la miraba, sino Colin. Parecía desaliñado, como si se hubiera pasado los dedos por el pelo repetidamente con agitación. Llevaba la corbata suelta en el cuello y percibió un toque de brandy en el aire cuando se inclinó para besarla.

Rápidamente lo llevó a la habitación, mirando hacia arriba y hacia abajo del pasillo para asegurarse de que no hubiera sirvientes cerca. Cerrando la puerta, susurró con urgencia: "Colin, ¿qué estás haciendo aquí?"

—Tenía que verte, querida —dijo, agarrándole las manos y dándole besos desesperados—. No te preocupes, llegué por la entrada de servicio. Nadie me vio.

—Amor mío, ¿qué te preocupa? —La exasperación inicial de Penélope por la impulsividad de Colin se había transformado en preocupación por la expresión desconocida en su rostro.

—Kenworthy estaba en White's. Estaba borracho, hablando con todos los que quisieran escuchar sobre tu belleza y tu tentadora figura —informó Colin, apretando la mandíbula.

Penélope jadeó, incapaz de concebir que su ex pretendiente hablara tan lascivamente de ella. Notó que Colin flexionaba la mano y supo, sin que nadie se lo dijera, que debía haber defendido su honor con los puños.

—Él consideró apropiado informarme de tu audiencia privada de hoy —dijo Colin sombríamente—. Cada detalle.

Penélope trazó su mandíbula suavemente, tratando de calmarlo. —Ya sabes que tuve que hablar con él para rechazar su propuesta.

—¿Sabías que estuvo pensando en ti de forma inapropiada todo el tiempo? —preguntó Colin—. Mencionó lo tentador que era tu busto con el vestido azul que llevabas.

Penélope sabía que estaba mal, pero los celos de Colin despertaron una parte malvada de ella. Cuando la miró de esa manera, sus inseguridades más profundas sobre su deseo por ella se silenciaron. Y esa parte curiosa de ella se deleitó al observar sus reacciones cuando ella lo provocó.

—Fue bastante revelador, supongo. —Se mordió el labio y comenzó a pasar la mano distraídamente por su clavícula, atrayendo la atención de Colin hacia el escote de encaje de su camisón—. ¿Crees que vio mucho?