Capítulo 66: Noche de Estrellas y Pasión

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Escena 1: La Caravana de la Noche

El sol se hundía tras el horizonte de Bangkok, pintando el cielo con pinceladas de naranja, rosa y púrpura.  Diez siluetas elegantes se preparaban para una noche inolvidable.  El Bentley Bentayga de Orm, un vehículo que parecía esculpido en la misma opulencia de la ciudad, brillaba bajo la luz crepuscular.  Lingling, sentada junto a Orm, sentía una mezcla de excitación y nerviosismo.  El suave cuero de los asientos, el aroma sutil de cuero nuevo y el silencio del lujoso interior contrastaban con el bullicio que se avecinaba.  Observaba a Orm, quien, a pesar de su apariencia relajada, irradiaba una energía contenida.  Sus ojos, brillantes y penetrantes, reflejaban la anticipación de la noche.

El resto de las amigas ya estaban en sus respectivos vehículos.  Freen y Becky, un torbellino de risas y bromas, se acomodaban en el Porsche 911, mientras Charlotte, con su habitual elegancia, guiaba a Engfa en el Lamborghini Huracán.  El Rolls-Royce Ghost, un vehículo de líneas clásicas y opulencia discreta, transportaba a Faye y Yoko, quienes disfrutaban de una conversación animada.  May y Fay, en su BMW i8, se despedían con una ola de mano.  La caravana de autos de lujo, un desfile de elegancia y poder, se puso en marcha, dejando atrás la tranquila mansión y dirigiéndose hacia el corazón palpitante de la ciudad.

El club "Eclipse" se vislumbraba en la distancia, una estructura imponente de cristal y acero que parecía desafiar la gravedad.  Su fachada, iluminada por miles de luces LED, destellaba como una constelación urbana.  Al acercarse, la música, un latido electrónico que resonaba en el aire, anunciaba la energía frenética que les esperaba.  La entrada del club estaba abarrotada de gente, una multitud ansiosa por entrar, creando una atmósfera de expectación y anticipación.  Pero las amigas no se detuvieron.  Los guardaespaldas de Orm, imponentes y discretos, se abrieron paso entre la multitud, creando un pasillo silencioso y respetuoso.  Murmullos de asombro y envidia se alzaron de la fila, mezclándose con las quejas de algunos que habían esperado pacientemente su turno.  Sin embargo, cuando los guardias anunciaron la llegada de la dueña del club y sus invitadas VIP, el silencio se impuso.  Las caras de envidia y asombro de los que esperaban en la cola, fueron testigos del ingreso privilegiado de las diez amigas, creando una atmósfera de privilegio y exclusividad.

Escena 2: El Remolino de la Noche y el Baile Inesperado

La zona VIP de "Eclipse" era un universo aparte. Un espacio amplio y sofisticado, decorado con un gusto exquisito, donde el lujo se mezclaba con la energía desenfrenada de la noche. Sillas de cuero blanco, mesas de cristal y un ambiente que irradiaba opulencia. Las amigas se acomodaron en un reservado, un espacio privado donde podían disfrutar de la noche sin ser molestadas. Las camareras, impecablemente vestidas, se acercaron rápidamente para tomar sus pedidos. Los cócteles de colores vibrantes, los champagnes espumosos y los licores exóticos comenzaron a llegar, creando un espectáculo visual y aromático.

La música, un latido electrónico que resonaba en el cuerpo, invitaba al movimiento. Lingling, inicialmente tímida, se dejó llevar por la energía contagiosa de sus amigas. Orm, observándola, sonreía con ternura. La música, la compañía y las bebidas comenzaron a liberar sus inhibiciones. Las risas desbordantes llenaban el aire, entremezcladas con confidencias compartidas y anécdotas divertidas. Lingling, rodeada de la calidez de sus amigas, se sentía cada vez más cómoda y aceptada. Las conversaciones fluían, saltando de tema en tema, creando un ambiente de complicidad y alegría. Orm, observando a Lingling tan relajada y feliz, sentía una profunda satisfacción. Su corazón se llenaba de amor al ver a la mujer que amaba rodeada de sus amigas, compartiendo momentos de alegría y complicidad.

En un momento de la conversación, Lingling, con una sonrisa coqueta y alegre, se acercó a Orm. El brillo de sus ojos, realzado por las luces tenues del club, reflejaba una chispa de picardía.  "Orm," dijo, su voz apenas un susurro entre la música que aún resonaba, "¿Bailamos?"

Lingling Y Orm : La Mafia Y La LeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora