Capítulo 5.

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Son las 3 de la madrugada y mientras todas las personas duermen, yo me encuentro recostado en una cama con el corazón y la mente abiertos. Después del ajetreado día que tuve. Me he quedado analizando todo lo sucedido, procesando la nueva información obtenida. Como por ejemplo; no sabía que Camille había perdido a su mamá. Quisiera preguntarle qué pasó, pero no quiero ser impropio, y creo que es una fibra muy delicada que no se debe tocar. Por otro lado está Evangelyne y el bullying celestial que le hacen. ¿Por qué pasará eso? Pensé que sólo me lo hacían a mí, porque aún no puedo ser capaz de descubrir como morí. También quiero saber cuál es esa «misión importante» nadie me ha querido decir ni papa con respecto al tema.

Yo estar cansado de tanto misterio.

»¿Por qué hablas cómo cavernícola?« Preguntó Evangelyne.

Salí de la habitación de Camille y subí hasta la azotea, tal y como creí, ahí estaba ella.

- Hola. - Saludé.

- Un día pesado ¿no?

- Bastante. ¿No tenías trabajo? - Pregunté.

- Sí, pero bueno. No soy la única. - Me senté a su lado al borde del edificio. - ¿No es relajante cómo se ve todo así? La ciudad en silencio absoluto, claro a excepción de los sonidos que nos regala el ambiente natural. Las luces arropando las calles, la tranquilidad que se respira, es algo tan embriagador.

- ¿Qué te ocurre, Evangelyn? - Pregunté, ella me vio raro.

- ¿Por qué lo preguntas?

- Tú no hablas así.

- Ay pequeño Demián, hay tantas cosas que te faltan por descubrir. - Se puso de pie. - Ven vamos.

- ¿A dónde?

- A volar. - Sonrió.

- ¡¿De verdad?! - Exclamé emocionado, me puse de pie.
- No, imbécil. - Soltó una carcajada. - Te enseñaré un par de secretos.

Tomó mi mano y no desvanecimos.

Llegamos a un parque, que estaba desolado; todo alrededor se veía verde. Para que me entiendan, había muchos árboles, arbustos, pasto e incluso había un pequeño lago.

- ¿Para qué me has traído aquí?

- Te enseñaré como desaparecer y aparecer en otro lugar. Y así le daremos inicio a tu entrenamiento.

- ¿No se supone que debo de....? - Fui interrumpido.

- Descubrir como moriste. Blah, blah, blah.- Dijo haciendo un ademán con la mano, como si trajera un muppet en ella.- Puedes hacer las dos cosas. Ahora extiende tus brazos a los lados.

Sin discutir más hice lo que me pidió. Una vez tuve extendidos mis brazos, Evangelyne, con la punta de los dedos medio e índice me golpeó varias partes de mi cuerpo. Las cuales fueron la yugular en el cuello, la parte interna del brazo cerca de la axila, en las muñecas y en la frente. Siendo sincero y dejando mi hombría de lado un momento, eso me dolió un poco mucho.
Sentí algo extraño, como cuando te dan toques eléctricos con esas plumas del demonio. Pero la sensación fue multiplicada por diez.

- ¿Qué fue eso? - Pregunté.

- Relájate. Piensa en el manzano que está a 4 metros a la derecha. Y antes de que discutas. Sólo hazlo. - Demandó.

Okay.

Manzano a 4 metros a la derecha. Manzano a 4 metros a la derecha. Pensé.

Sentí un tirón en el estómago y en lo pies, para que después todo lo que estaba frente a mi se distorsionara. Cuando volví a sentir el tirón ya estaba arriba del manzano, había funcionado. Pude desvanecerme con éxito.
Bajé del árbol y cómo soy un hombre maduro, comencé a festejar dando brincos de emoción y asombro. Se los he dicho, soy muy maduro.

Afterlife: Después de la vida ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora