Afterlife: Después de la vida ®

Capítulo 8.

Si no hubiera un mañana. ¿Qué harías hoy?

Si varias opciones vinieron a tu cabeza después de leer la pregunta, aquí vienen otras.

¿Por qué no lo haces?
¿Por qué esperas a que no haya un mañana?

¡Lucha por lo que quieres!
Vive tu vida, que para eso la tienes para vivirla y disfrutarla. ¡Haz amigos! ¡Diviértete! ¡Ámate! ¡Ama a los demás! Haz que todos te recuerden y haz que ese recuerdo sea agradable.

Si estás pasando una mala racha, resiste y recuerda; es un mal momento, no una mala vida, todos hemos caído, pero tenemos que levantarnos y regresar a la batalla. Busca tu misión de vida y cúmplela, pero no olvides disfrutar en el camino, eso es igual de importante que llegar al destino. Y si necesitas un amigo, alguien en quién sostenerte... ¡Sólo dilo!

Aférrate, sí, aférrate a todos esos momentos felices, aférrate a la vida, nunca estarás sola o solo.

Nunca se está lo suficientemente hondo como para tocar fondo, el «fondo» es la muerte.

Ahora...

¡¡VIVE!!

Lo sé, te debes estar preguntando: «Vale ¿Y ahora qué flatulencias se trae este chico?»

Sencillo, me he dado cuenta de muchas cosas, como por ejemplo, yo tenía una buena vida, no negaré que tenía malos momentos, pero vamos, todos los hemos tenido. El punto es qué.... Ahora no tengo nada, soy intangible.
Por eso te digo a ti, sí, tú, tú que tienes una vida hermosa, vívela por mí. Haz y deshaz a tu antojo, cierto hombre dijo una vez: «Mientras esté legalmente permitido, eres capaz de hacer todo lo que te propongas» ¿Y? ¿Qué esperas? ¿Una invitación? ¿Sí? Okay, entonces...

Estás oficialmente invitado a vivir tu vida al máximo.

Después de ese discurso que puedo apostar a que olvidarás en menos de media hora (pero aún así quería decirlo), les contaré lo que pasó después de aquella extraña huída de Camille, pues me quedé ahí parado como idiota, intentando descifrar el motivo ó la razón por la cuál ella salió como flatulencia después de tomar mucha coca-cola ó después de comer muchos cacahuates japoneses.

¿Creen que lo logré?

¡Exacto! No.

A veces me siento tan estúpido por no poder entender que es lo que pasa a mi alrededor. Quiero entender a Camille, quiero entender a Evangelyne, e incluso quiero entender a Axelia y a Casiano. Pero no puedo, creo que después de que mi cerebro físico se putrefactó, me volví más imbécil.

En fin, creo que le daré un poco de tiempo, quizás ande en sus días.

Pensé que la mejor idea era salir a caminar un poco, ya saben despejar la mente, para poder pensar con claridad. Estaba caminando por una de las calles menos transitadas de la ciudad, podía ver que las pocas personas que caminaban por ahí, iban bien abrigadas. Por un momento me preocupé por Camille, no había salido lo más abrigada posible, ojalá no pesque ninguna gripe. Volviendo a lo primero, todos iban abrigados, todos menos un chico que estaba parado en la intersección de las avenidas. Vestía todo de negro, incluso su cabello era de ese color. Cuando posó sus oscuros ojos en mí, me percaté de que nadie lo veía, me sonrió y se acercó a mí.

- ¿Cómo estás? - Preguntó cuando llegó hasta donde yo estaba.

Fue algo extraño.

- Bien, creo. ¿Necesitas ayuda? - Respondí.