Capítulo 9

505 84 57
                                    

21:23
Carretera estatal

[MAX]
Sin importarme nada salvo la seguridad de Sergio, me interpongo entre su auto y el de aquel loco. La sorpresa y sus reflejos lo hacen dar un volantazo para evitar arrollarme o estamparse contra el camión delante nuestro.
Mi motocicleta derrapa un poco pero logro controlarla a tiempo para seguir nuestro camino sobre la avenida que hace sonar sus claxons ante nuestra imprudencia.

[LIAM]
—¡¿Pero qué putas?!— grito en el instante que un tipo sale de la nada, poniéndose delante mío. Una vez que controlo el auto, miro al idiota ese. Va en una motocicleta sin placas y completamente vestido de negro, hasta el casco.

Miro la escena a mi alrededor, dándome cuenta de que nada de esto es normal y mucho menos coincidencia. Sergio ha huido y esa persona en la moto ha sido la distracción perfecta para ello. —¡Mierda!— golpeo el volante con furia.

Alguien lo está ayudando. Sergio tiene protección y no sabíamos ese pequeño detalle.
Agarro el volante con fuerza y me voy detrás del motociclista encubierto. Tengo que descubrir quién es.

[MAX]
El demente viene detrás mío, siguiéndome como un león a su presa. Claro que debe estarse preguntando quién soy y de dónde he salido, es obvio que frustré su plan por acabar con Sergio. Yo también quisiera descubrir quién se esconde detrás de esos vidrios polarizados, sin embargo mi misión no es esa por ahora. A como dé lugar, debo desaparecer de aquí y volver a la base.

Piso el acelerador.
Paso junto a la camioneta que Sergio dejó abandonada a un costado de la carretera, con todo y las llaves pegadas permitiendo que cualquier pueda llevársela, aunque francamente eso no importa en absoluto.

El sonido cercano de un helicóptero me hace voltear al cielo nocturno. Esos deben ser ellos.
Está a salvo por ahora. Solo pienso en ello y la calma regresa a mi interior.

—Daniel...—
—¿Sí, Max?—
—Voy de regreso. Avísale a Horner.—
—Claro.—
—Y Daniel...— no dice nada aguardando que prosiga. —Mantenme al tanto de Sergio.—
—Así lo haré.—

Por el espejo retrovisor veo la camioneta querer abrirse paso, pero para su desgracia poco puede hacer, tengo la ventaja sobre él al ir en una motocicleta.
Ya sin importarme nada, sigo mi camino de regreso.

21:28
CIA

[CHARLES]
Llegamos por fin a nuestra base.
Ayudo a bajar a Sergio del helicóptero, está claramente alterado y pregunta por Max sin descanso alguno.

—No lo sé, Checo.— respondo con la verdad. Sabemos tanto como él sobre la situación de nuestro líder de misión.
Lo conducimos hasta una de las salas privadas más cómodas que tenemos en el edificio e intento hacer que se siente, incluso le sirvo un gran vaso de agua fría; pero nada de eso lo tranquiliza.

La preocupación lo mantiene alterado, yendo y viniendo sin descanso, repitiendo hasta el cansancio la misma pregunta, queriendo saber algo sobre él.
—Iré con Christian.— me susurra Lewis, siendo precavido para que el propio Checo no vaya a querer ir a buscarlo y exigirle respuestas.
—Cualquier cosa avísame.—

Sale, dejándome a solas con un Sergio notablemente angustiado. Entiendo que la situación es peligrosa, pero parece demasiado afectado por haberlo dejado atrás. ¿Cuál es la razón?

[CHECO]
No puedo pensar en otra cosa que no sea Max.
Necesito saber que está bien, que logró escapar de ese demente sin daño alguno, sin embargo el silencio y las nulas respuestas de los agentes me alteran más de lo debido.

—Sergio, intenta calmarte.— dice Charles en otros de sus esfuerzos por hacerme sentar en uno de los amplios sofás a mi disposición.
—Es que no puedo. Lo dejamos ahí.—
—No te preocupes, Max sabe cuidarse. ¿Recuerdas? Somos agentes entrenados.—

Red de sombras | #ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora