Todos, excepto Hipo, notaron a Astrid furiosa y colorada, pero no por vergüenza sino por qué estaba realmente enojada. Todos dieron un paso atrás por que conocían muy bien a Astrid cuando ponía esa cara. Hipo se dio la vuelta y vio a Astrid diferente, de pronto y de la nada, la rubia sacó su hacha y lo tomó con firmeza, mientras se acercaba al castaño, este ponía sus manos al frente, mostrando sus palmas y con una sonrisa fingida tratando de calmar la ira de la chica. Ella en su rabia sólo le dio una recomendación a Hipo: "Te sugiero que corras, Abadejo!" advirtió con una voz suave. Así comenzó una carrera de vida o muerte. Hipo se movía con rapidez por los pasillos, evitando cada obstáculo en su camino, pero eso hacía que Astrid se pusiera aún más furiosa, traía su hacha sosteniéndola por detrás de la nuca y con una mueca marcada de enojo.
-HIPO! VEN ACÁ!- gritó Astrid
-Atrápame!- respondió Hipo en tono de burla y corriendo en retroceso para burlarse de ella. Lo que no vio era por donde iba y de pronto tropezó con un estudiante, quien provocó que Hipo cayera sentado.
-Oye que te pasa?- reclamó Hipo al estudiante
-L-lo siento mucho! No quise provocar algún daño- respondió el estudiante. Hipo miró el rostro del chico y observó que era el típico chico de las buenas calificaciones de las clases.
-No te preocupes, tampoco fue que me rompí algo- agregó el castaño vacilando sobre la caída.
-Bueno...si tu lo dices jeje...y cual es tu nombre?- preguntó el muchacho
-Soy Hipo Horrendo Abadejo III- respondió el castaño
-Vienes de la realeza o algo así?- curioseó el muchacho
-Qué? No! Claro que no jaja, soy representante de la escuela Abadejo- dijo Hipo
-Oh entiendo- respondió el joven.
Cuando Hipo estuvo a punto de preguntar algo más, vio que Astrid venía atrás y creyó conveniente empezar a correr. Astrid luego se percató de que había un muchacho, lo reconoció al momento entonces gritó:
-A un lado, voy a pasar, Harold!- gritó Astrid al estudiante. Quien obedeció a la orden.
Hipo logró oír el nombre y se detuvo en seco, cómo si una fuerza lo hubiera forzado a parar de correr. Astrid estaba envuelta de ira y no pensaba lo que hacía, al ver que Hipo se había detenido por haber mencionado el nombre, no recordó lo que él le había confiado a ella y aprovechó el momento para tomar su venganza:
-Hey HAROLD! Acaso estás cansado?- preguntó Astrid en tono sarcástico
Hipo no podía creer que Astrid hubiera utilizado su secreto en su contra, pero se sentía impotente ya que ese nombre lo ataba al recuerdo de su querida mascota.
-Cállate Astrid...- dijo el castaño en voz suave
-Porqué debería de hacerlo Harold? Que acaso no te gusta el nombre?- respondió la rubia ciega de rabia
-No sabes lo que estás diciendo, tonta...-
-Ah no sé? Lo único que sé es que no te dejaré ir Harold!-
Hipo no lo soportaba más, sus lágrimas comenzaron a brotar y se incó en el suelo, poniendo a la vez, sus manos sobre las rodillas y bajando la cabeza. Astrid no sentía ni un poco de compasión, lo único que quería era hacer pagar a Hipo por todo lo que había dicho.
-Te vas a acobardar, Harold?- preguntó la rubia a modo de burla
-Cállate!- le gritó Hipo
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¿Es él o es ella? (Crossover)
General FictionUn joven castaño, amante de las artes marciales es heredero de la secta de su familia y tendrá gran trabajo ahora, ya que deberá lidiar con la maldición de la chica rubia, pero....¿podrá soportarlo ahora que está comprometido con una chica rubia?