-Tú no tienes el derecho a decirme que hacer, no eres mi padre!- chilló la rubia
-Entonces tómalo como un consejo obligatorio de parte de tu novio...- respondió más calmado
-Hipo. No puedo faltar. Los Hofferson no faltan a su palabra, y creo que tu familia piensa lo mismo- recordó ella
-No vas a ir Astrid- respondió en un tono firme
-Bueno. Entonces que pretendes que haga?- preguntó enarcando una ceja. Hipo lo pensó por un rato.
-Y que tal si voy yo?- propuso
-Qué?! Estás loco?- chilló ella
-No voy a ir así, boba...- dijo señalándose el cuerpo
Astrid se tapó la boca al darse cuenta del plan que tenía el castaño. Él se convertiría sólo por ella, lo cual ya para la rubia no era de sorprenderse. Tal vez fue algo precipitado por parte de ella, el haber aceptado ese reto pero no soportó escuchar a la pelinegra hablándole así a Hipo.
-Por cierto, Andersson quiere ver como estás- dijo de manera despectiva hacia el joven
-En serio?- preguntó la chica
-Sí. Así que si quieres, puedes ir y saludarlo, si quieres...-
-Conozco ese tono.....celoso- replicó Astrid bromista
-Quién? Yo? Claro que no, quién está celoso?- habló muy nervioso
Esta sonrió de medio lado y le dio un beso en la mejilla al castaño. Lo tomó de la mano y caminaron juntos adentro de la Academia. Varios alumnos y profesores la vieron, la saludaron y preguntaban cuando volvería. Ella sólo mostraba una cálida sonrisa y respondía "muy pronto". Luego, llegaron al aula donde estaba Patán. Hipo tuvo una idea en ese momento. Se soltó de la mano de Astrid y se escondió tras la pared de afuera del aula, ella entendió la broma de Hipo. La rubia llamó de atrás a Patán y este se volteó, ansioso y feliz de verla sola. Se levantó del lugar en el que estaba sentado y avanzó rápido hacia ella.
De pronto, su alegría se convirtió en fastidio al ver que Hipo había salido de la nada y se había acercado a Astrid. La chica ocultó muy bien sus ganas de morirse de risa al ver el rostro de Patán: tan desafortunado y fastidiado. El castaño hizo lo mismo. Era inevitable no sentir lástima por el pelinegro.
-Hola!- saludó la rubia amablemente, levantando suavemente una mano
-Hola Astrid! Que gusto verte!- dijo él tratando de fingir estar feliz con la presencia de Hipo
-Lo mismo digo. Y como has estado?-
-Pues...bien, exceptuando el hecho de que no es lo mismo sin ti en la Academia-
-Ah sí? No creo que por mí, algo cambie Jorgensson-
-POR SUPUESTO QUE CAMBIA!- chilló Hipo sin pensar. Astrid lo miró confundida.
En ese momento, trató de pensar en algo para remediar lo que había dicho. Su cerebro trabajaba más rápido de lo normal. Estaba muy nervioso. Sólo vino una cosa a su mente.
-Cambia por que...hay menos estudiantes en el aula...- habló entre dientes, algo sonrojado
Astrid escaneó el rostro de Hipo, el cual claramente escondía una mentira, así que sólo sonrió.
-Pues eso es obvio. En fin, sólo venía a saludarte Patán- habló la chica. Luego se acercó y le dio un abrazo al pelinegro, como muestra de amistad.
-A..Astrid...no s-sabía que m-me extrañaras tanto..- habló el muchacho nervioso
-Ay Patán! Cómo no voy a extrañarte? Si eres mi amigo!- dijo ella apartándose un poco y sonriendo.
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¿Es él o es ella? (Crossover)
Ficción GeneralUn joven castaño, amante de las artes marciales es heredero de la secta de su familia y tendrá gran trabajo ahora, ya que deberá lidiar con la maldición de la chica rubia, pero....¿podrá soportarlo ahora que está comprometido con una chica rubia?