—Michael.
—Considero que realizar una cotización antes de hablar con Henderson es muy apresurado, podría tomarlo como si estamos asegurando su venda — comenta Sally, para luego darle un mordisco a su salmón y asentir al saborear el platillo que ha ordenado y ya casi ha terminado de comer.
—Es que la venta es segura, Henderson está deseoso de salir de esos terrenos luego de haber llevado a su familia a la banca rota por sus apuestas — señalo dándole un sorbo a mi copa de vino, degustando el sabor entre dulce y amargo.
Los cuchillos y cubierto resuenan por todo el lugar, mientras el sol golpea parte de mi brazo al estar inclinado a un lado en la silla de madera. La pérgola que formaba el techo dejaba que algunos rayos pasaran, pero no lo suficiente como para quemar mi piel con el intenso sol del medio día. Junto a mí, bajo el barcón, se extendía el campo de golf en el que he estado jugando hace unos momentos con algunos socios, como era habitual hacer en los negocios, un poco de negociación disfrazada de entretenimiento.
Lo típico, ir al club, charlar con "amigos", platicar de la vida, la familia y los negocios y al final todo es para beneficio socio. Luego de una intensa mañana jugando al golf, Sally, mi directora de relaciones públicas, quien está siempre en la mayoría de mis negocios, se prestó para un almuerzo tranquilo y yo acepte, porque realmente necesitaba relajarme luego de una intensa semana de trabajo y una jovencita con aires de diva intentando apelar a mi buen corazón.
—Sí, pero también entiendo que Di Carlo's está interesado en adquirir el terreno para abrir su nueva sucursal allí, no deberíamos de confiarnos, el nuevo dirigente, Parker Colson es joven, pero ambicioso y se rumorea que está dispuesto a adquirir los terrenos, no es bueno para nuestra imagen mostrarnos tan confiados y alardear antes de tiempo.
—Es cierto, el viejo Colson se ha retirado y ha dejado al hijo — recuerdo en voz alta, lamiendo la gota de vino que se escapa por mi labio inferior, no perdiendo detalle de como Sally sigue mis movimientos como una cachorrito, a pesar de que aparenta seriedad en el tema. — no me intimida un crío y sus aires de querer jugar a ser Dios, Henderson me venderá, lo sé.
Ella no lo sabe, pero conozco información de primera mano que Henderson sabe que sé y no le conviene que se sepa. Hay secretos que algunas familias posicionadas no desean que se revelen.
—Pues si tú lo dices, debo confiar, ¿no? — pregunta con una sonrisa en sus delgados labios, tentados con un tono rojo intenso que nunca abandona. Sus pestañas largas abanican sus pómulos marcados y el cabello cortado hasta los hombros con bucles, le dan aún aire elegante, muy al estilo de los 50 y todo ese aire de feminidad.
Sus ojos castaños no se apartan de mí, ella siempre está mirando, aunque mi presencia y mirada la intimide, ella permanece sin demostrarlo, eso tal vez se deba a que ella misma es un tanto intimidante o porque le gusto.
Sally nunca ha sido muy cuidadosa a ocultar el hecho de que sentía cierta atracción por mí, lo dejo muy claro hace un año, cuando toda la mierda era reciente y decidió intentar seducirme, ganado una única cosa de mí, un beso que ni despertó nada en mí, pero que al parecer significo algo para ella porque luego de eso ha intentado arrastrarme a momento como estos que se semejaban a una cita, aunque eso solo pasaba en su cabeza, porque le deje muy claro que aquello fue un error y nunca, pero nunca follaba con mis empleados, tenía una política en mi compañía donde estaba prohibido confraternizar de forma íntima entre empleados y yo seguía las reglas que implementaba.
Esperaba que ella desistiera de esa idea con rapidez, porque no me gustaban sus miradas de anhelo todo el tiempo o al menos cuando piensa que no lo notaba.
No tenía espacio para mujeres en mi vida... bueno, para una sí, pero eso era un asunto un tanto diferente.
—Quiero que te reúnas con Conrad la próxima semana, deseo conocer los detalles de la cena de beneficencia, los invitados más importantes y si ese viejo decrépito se niega darte información, dile que se acuerde de Budapest en 1998, no creo que le gustaría que su esposa sepa sobre su amante, el húngaro — comento y Sally estalla en una carcajada, aunque mi deseo no era hacerla reír, este tipo de cosas la divierte, chantajear, es por ello que trabaja para mí, adora hacer el trabajo sucio.
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Señor Wellington [#3 Los Wellington]
Romansa"Seducir a la exnovia de mi hijo, que a su vez es la hija del hombre con el que mi esposa me fue infiel, nunca estuvo en mis planes, pero ahora sí y me aseguraré de que todos paguen por lo que me han hecho". *** Venganza. Es lo único que quiere Mich...