TWD One-Shots

𝚁𝙾𝙽 𝙰𝙽𝙳𝙴𝚁𝚂𝙾𝙽

Tw: oc!fem, apego desorganizado.

Palabras: 952.

La noche en Alexandria estaba tranquila, salvo por el suave zumbido de las luciérnagas y el eco distante de pasos ocasionales. ____ estaba recostada en su cama, el libro que había intentado leer hacía rato abandonado a un costado. La luz tenue de la lámpara iluminaba su rostro, pero no lograba distraerla de la ansiedad que sentía. Desde hacía días, Ron había estado más distante de lo habitual, y aunque sabía que no tenía que importarle tanto, no podía evitar que le doliera.

Justo cuando estaba a punto de apagar la luz, su walkie-talkie crujió con estática. Era tarde, muy tarde, y casi lo ignoró. Pero entonces escuchó su voz:

-____... ¿Estás despierta?

Ella se quedó inmóvil por un momento, reconociendo la familiaridad en el tono cansado y arrastrado de Ron. Suspiró, agarrando el aparato. -Es tarde, Ron... ¿Qué querés?

-Te extraño... muchísimo...

Esa confesión directa la descolocó. Su voz sonaba más vulnerable de lo normal, y _____ no tardó en darse cuenta de que algo andaba mal. -¿Estás... bien?

-Lo estoy ahora que te escucho... -respondió él casi en un susurro.

Ella se pasó una mano por el rostro, entre cansada y frustrada. Sabía que Ron tenía la costumbre de contactarla solo cuando estaba en un estado emocional extraño, como si la necesitara solo en sus peores momentos. -¿Por qué siempre me llamás cuando estás así?

-¿Así cómo?

-Así de... perdido... No es justo, Ron.

Hubo un silencio prolongado al otro lado del walkie, y ____ se sentó en la cama, esperando. Sabía que, aunque la conversación la dejara agotada, no podría ignorarlo. Algo en Ron siempre lograba engancharla, por más que se prometiera mantenerse firme.

Finalmente, él habló: -¿Podemos vernos? Sólo por un rato... un ratito ¿si...? por favor...

____ se puso los zapatos rápidamente, intentando ignorar la mezcla de enojo y preocupación que sentía mientras salía de la casa. Sabía que debería haber dicho que no, que era tarde y que no estaba bien que él la buscara solo en esos momentos, pero algo dentro de ella no podía evitar responder a su llamado.

Lo encontró sentado en una de las bancas del parque central de Alexandria, con los codos apoyados en las rodillas y la mirada perdida en el suelo. La luz de la luna apenas iluminaba su rostro, pero _____ pudo notar el cansancio en sus ojos y la forma en que jugaba nerviosamente con sus manos.

-¿Qué pasó ahora, Ron? -preguntó ella, cruzándose de brazos mientras lo observaba.

Él levantó la vista hacia ella, una mezcla de alivio y arrepentimiento en su expresión. -Nada... sólo te necesitaba...

____ suspiró, tomando asiento a su lado. -Siempre es lo mismo, ¿sabés? Me llamás, yo aparezco, y después volvemos a lo de siempre... Vos actuás como si nada pasara y yo termino sintiéndome una idiota por caer otra vez.

Ron giró la cabeza hacia ella, sus ojos buscando los suyos. -No sos una idiota, ____... Yo soy el idiota...

-Bueno, en eso tenés razón -respondió ella, con una sonrisa sarcástica que escondía su frustración.

Hubo un momento de silencio incómodo entre ellos, roto solo por el suave susurro del viento. Ron se pasó una mano por el cabello, claramente luchando por encontrar las palabras correctas.

-Es que... yo no sé cómo manejar todo esto -dijo finalmente, su voz era apenas un susurro.

-¿Todo esto? -repitió ____, arqueando una ceja.

-Esto que siento por vos.

La confesión la tomó por sorpresa, aunque no del todo. Había sentido la tensión entre ellos desde hacía tiempo, pero escucharlo decirlo en voz alta era diferente. _____ bajó la mirada, intentando procesar lo que acababa de escuchar.
Se quedó en silencio por unos segundos, dejando que las palabras de Ron se asentaran. Finalmente, levantó la vista hacia él, su expresión ahora más suave.

-¿Por qué siempre esperás a estas horas para decirme cosas como esta? -preguntó, su tono sin rastro de sarcasmo, solo una genuina curiosidad.

Ron soltó una risa breve y amarga, rascándose la nuca. -Supongo que... porque cuando está oscuro y todo está tranquilo, es más fácil ser honesto...

Ella lo miró fijamente, intentando leerlo como tantas otras veces, pero esta vez Ron no desviaba la mirada. Era como si finalmente hubiese decidido enfrentarse a lo que sentía, aunque fuera a destiempo.

-Ron, no podés seguir haciendo esto. No podés esperar a que todo sea perfecto para hablarme de verdad. Porque mientras vos esperás, yo estoy acá, sintiéndome... -_____ hizo una pausa, buscando las palabras- ...confundida y agotada.

Ron suspiró profundamente, como si llevara un peso inmenso en su pecho. Luego, con un movimiento rápido, tomó su mano entre las suyas.

-No quiero que te sientas así... Nunca quise lastimarte, _____.

Ella lo miró, sus ojos reflejando una mezcla de incredulidad y esperanza. -¿Entonces qué querés, Ron?

Ron la miró directamente a los ojos, su voz más firme ahora. -Quiero que esto sea diferente... Quiero dejar de ser ese idiota que solo te llama cuando siente que te necesita... Quiero que esto funcione.

_____ apretó los labios, sus emociones luchando por salir. Finalmente, asintió lentamente. -Entonces, probalo. Cambiá, Ron. Porque yo no pienso seguir siendo esa chica que siempre está ahí cuando vos no sabés qué hacer.

Ron inclinó la cabeza, como si estuviera aceptando un desafío. -Lo haré... Te lo prometo.

_____ dejó escapar una sonrisa, apenas perceptible, y con un suspiro se levantó de la banca. -Espero que sí. Y la próxima vez, Ron, no esperes a que sea de noche para buscarme.

Él asintió, mirándola alejarse mientras la determinación crecía en su pecho. Esa noche, mientras la veía desaparecer en la oscuridad, Ron supo que tenía que ser mejor... por ella.