Mi mano aún seguía entrelazada con la suya mientras tomábamos café, estaba todo tranquilo. Su mirada estaba baja, no se encontraba jodiendo me como siempre. De vez en cuando el agarre de su mano apretaba la mía.
— ¿Terminaste de tomar el café? Pregunte cuando el dejo la taza sobre la mesa.
— Si... Murmuró.
— Oky... ¿Quieres que vaya a pagar o...? Levantó su mirada.
— Pagare yo. Soltó mi mano y se levantó para irse a la caja.
— Uh... De acuerdo- Mi mirada lo seguía mientras el caminaba.
Luego de que Coworker pagara salimos del establecimiento, agarrados de la mano... Ahhh- me voy a arrepentir de esto.
Mire a Coworker y me puse de puntitas para darle un beso en la mejilla.
Vi como se sobresalto.
—. . . ¿Por eso? Toco su mejilla y me miro.
— No lo se, pensé que lo necesitabas Dije desviando mi mirada.
—. . . Gracias, supongo Soltó mi mano. Gracias dios.
— No hay de que, amigo
Le di una sonrisa.
— Ja... Bueno ahora ¿Que quieres hacer? Tenemos todo el día. Acomodo su corbata
— Pues, yo debería estar en mi casa descansando para ir al trabajo mañana. Acomode mis lentes.
— Oh vamos no seas amargado. Agarro mi brazo y me llevo a un bar.
— . . . Ah yo no tomo- Dije cuando entramos al bar.
— Bueno... Podrás ayudarme a irme a casa cuando me emborrache Me soltó y se sentó en la barra.
— Te dejare tirado en la basura. Dije entredientes.
Y así pasaron, dos copas, cuatro... siete, hasta que mi compañero que emborracho por completo, ni siquiera podía ponerse de pie, idiota, sabía que pasaría. Yo debería estar en mi casa, en mi hermosa cama descansando, no aquí. Me acerque a Coworker para llevarlo a su casa, aunque... Pensándolo bien, no se donde es tu casa.
— Oye Coworker. Dije tocándole en hombre, este me miro.
— Heyy. Que lindo eres... ¿A que hora pasas por el pan, chiquito? Se acerco mucho a mi.
— Agh idiota, vamos, te llevare a mi casa. Lo agarre de su brazo.
— Ayy, espera, un cafecito primero ¿No? Se reía. Quiero morir.
— Cállate, estás demasiado borracho. Dije caminando a dirección hacia mi casa.
— Ahh... Si, lo estoy Seguía riéndose, las personas que estaban por ahí me miraban y miraban a Coworker.
— Ya estamos por llegar a mi casa... Mañana no te presentes al trabajo.
Cuando llegamos a mi casa, abrí la puerta y tire a Coworker al sillón.
— Quédate ahí. Le dije, este solo miraba al techo.
— Eres hermoso. Dijo tomándome la mano.
— Ja... No.
— Ja... Si. — Suéltame, Coworker Sentí como me jalo hacía el.
— Ah- De nuevo quede contra su pecho. — Ugh... Sentí los brazos de coworker alrededor de mi, como si no quisiera que me vaya.
— Relájate... Dijo. Ahora sonaba como un marihuano.
— Estoy relajado. Dije sacando mi cabeza de su pecho y mirarlo.
— Eso es... Buen chico. Acaricio mi cabeza, por alguna razon esto se sintió reconfortante. Me odio.
— Claro... Gracias. Me acomode.
—. . . Duerme, bebe, duerme. La voz de Coworker se apagaba, parecía que se dormía, yo tambien estaba apunto de dormirme con el su toque en mi cabeza.
Así paso un rato largo y ambos nos quedamos dormidos en el sillón y yo con un dolor de espalda y de seguro con mis lentes rotos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.