Melody Bonnet
—O sea que dormiré aquí, comeré aquí, todo aquí —toma a la nena de los hombros y la devuelve a su pecho.
—Si señorita Bennet, la quiero viviendo conmigo ¿Entiende eso? —asiento ante lo dicho, tratando de que las hormonas no se vayan por otro camino —Vamos le mostraré la mansión.
Camino detrás de él, con un montón de nervios en las manos, no pensé, nunca pensé que tendría que vivir aquí o sea solo trabajar, observo el alrededor y grita dinero por todos los lado en que miro.
—Este es el patio trasero, casi nunca salen, lo hacen, pero no muy seguido —es gigantesco si hubiera tenido uno de estos hubiera salido día y noche, tiene una gran fuente de agua y mientras más caminamos más terreno hay, hay dos piscinas que son gigantescas, y no estoy relajando.
—Supongo que esta es una de las principales razones —asiente, tiene dos cuartos para guardar todas las herramientas del jardín y la piscina, simplemente todo muy organizado.
Cuando terminamos nos desviamos a la mansión que tiene varias puertas traseras, pero esta es la principal, que da con la gran sala de estar, creen que estoy relajando, pero todo esto es grande, y cada cosa que hay muestra lo caro que es, sin duda algunas se están dando la gran vida.
—Le mostraré lo básico, con el tiempo podrá ir recorriendo los pasillos y conociendo más la mansión —prefiero no decir nada y ver la cocina que cuenta con una mesa en ella y los taburetes, tiene un gran ventanal a que no deja ver todo el bosque, sin duda alguna es lo más lindo.
Volvemos arriba mediante un ascensor, demasiado moderno, ya que no tiene botones ni nada, solo un círculo extraño, con una cristal en forma de cuadrado, al parecer apagado, presiona dos veces y ya estaba en o segunda planta.
—Este es el pasillo de las habitaciones, la de Jacky —me muestra una puerta azul y en frente una rosada, al final del pasillo grande y lleno de fotos de ellos de cuando eran más pequeños hay una puerta blanca —esa es mi habitación, por si necesita algo, si no estoy ahí, es en la oficina.
—¿Trabaja desde casa? —pregunto curiosa.
—Si, es mejor — entramos a la habitación de Nala completamente rosada con grandes peluches un cama y una cuna, incluso con su nombre en grande en la pared, hay otra puerta, que seguro tiene que ser el baño.
Cuando entramos a la de Jacky huele a él, pero no le dijo mucho en habitación sino en la fotos que tiene en su mesita de noche, son mis fotos, hay de Nala y de Deces, y claro un libro.
Está enrollado por las mantas algo raro en el, no le gusta ponerse tantas mantas encima intento acercarme, pero el gritico de Nala hace que la mire, está al punto de llorar y salimos antes que eso suceda.
—Nala —la nena chupa su labios superior, completamente tierna de esa forma —no te atrevas a llorar.
Nala me mira como si ya entendiera y abre sus brazos para que la tome, se pone más sencible una vez hago eso, como si le echara leña al fuego.
—¿Cuál es mi habitación?
—Al lado de Nala, he mandado a buscar su ropa, quiere que traiagan algo en específico —niego no tengo nada importante además de mis libros.
Nala busca mi pecho con desesperación mientras vamos devuelta abajo, entra la mano como si tratara de sacar mi pecho.
—Quiere leche señor Deces —la planta baja nos da la bienvenida cuando le comunico lo que creo.
—Nala deja respirar a la leche un rato —me guía por otro pasillo mientras habla —la leche llegará en un rato ,solo hay que distraerla.
En ese rato me muestra el jacuzzi, el área de juegos, y los lindo de todos, el cine que tiene en su propia casa, hay un pasillo por el cual pasamos, pero no dice nada es oscuro pero pude ver algo metálico al final.
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SINFONÍA
Roman pour AdolescentsCuando eres una chica nada normal ni nada corriente, que intenta vivir contra todas las adversidades de su vida, pero es sacada de casa y no gentilmente qué digamos. Y solo le queda empezar a trabajar con un multibillonario de niñera, sin saber los...