Capítulo 1

2.3K 95 1
                                    

Odio no poder trabajar, odio que José no me deje hacerlo. Sí tan sólo me dejara, todo sería tan... Tan diferente. Y mucho menos estaría aquí encerrada en este instante, mientras José está trabajando o haciéndose tonto allá con su amigo Geoffrey.


Últimamente pasa más tiempo con él... Con su amigo hermano Geoffrey, que conmigo. Sé que no debo sentirme como lo hago, sé que es una estupidez sentir celos hacia su amigo. Pero verlo con él tan seguido me da coraje.

— ¡Andrea he llegado!, ¿dónde estás? —Grita desde abajo.

Me levanto de la cama y camino hacia la puerta. Giro la perilla y salgo de la habitación.

— ¡Ahora bajo! —Grito de la misma manera que él, para que logre escucharme, mientras bajo las escaleras.

Dirijo mi paso hacia la cocina, suponiendo que ahora él se encuentra ahí.

—Hola —dice acercándose a mí. Deposita un corto beso en mi frente.

— ¿Qué haces aquí tan temprano? —Pregunto curiosa.

—Salí hace media hora del trabajo —se encoge de hombros, mientras una uva cae a su boca—. ¿Qué hay de malo? —Esta vez pregunta él.

—Pues siempre que sales temprano, te vas con tu amigo. ¿Por cierto dónde está él? Siempre lo traes contigo.

— ¡Ah! Pues tuvo un asunto que resolver, vendrá en unos minutos quizá —se encoge de hombros nuevamente—. Y bueno aquí estoy ahora contigo —sonríe

—Vaya plato de segunda mesa soy... —murmuro en voz baja para que no me escuche, pero fallo en el intento.

—Claro que no. ¿Cómo puedes pensar eso? —Hace un raro gesto de indignación.

—Olvídalo. Equis. Quiero hablar seriamente contigo... —me siento en una de las sillas del comedor, mientras mi hermano se queda allí parado—. José, tú también toma asiento.

—De acuerdo... —se sienta—, ¿de qué quieres hablar pequeña? —Lo fulmino con la mirada por el hecho de haberme llamado pequeña.

—No soy una pequeña —siseo—. Bueno, quiero trabajar —abre la boca para decir su argumento; el cual ya lo sé. Pero lo interrumpo antes de que pueda decir algo—. José no te estoy pidiendo permiso, te estoy avisando.

— ¿¡Estás hablando en serio!? —Pregunta en casi un grito. Aclaro mi garganta para hablar, pero termino dando sólo un asentimiento con mi cabeza—. Pues tu aviso no me parece. Y no estoy de acuerdo. Te he dicho que no es necesario que trabajes —golpea con su puño la mesa.

— ¿Y crees qué no me aburro de estar aquí todo el tiempo? —Escupo—. Por favor... Sólo te pido eso, déjame trabajar. Sólo eso. ¿Dime qué cosas te he pedido? Nunca te pido nada.

—No sé, ¿por qué no sales con tus amigas de la escuela? —Dice ignorando por completo mi súplica.

—Ves, que fácil se te hace —lo miro y él por primera vez asiente.

Es la primera vez que asiente, y dice que si con la cabeza, siempre en cada favor que le pido pero que no es de su agrado termina diciéndome que no, pero esta vez creo que es diferente... Lo presiento.

—De acuerdo.... Está bien. Tú ganas Andrea. Por primera vez lo haces. Pero evita que sigamos con nuestras tontas y estúpidas peleas, ¿vale?

Sonrío orgullosa de mí misma. Y es inevitable que una estúpida sonrisa salga de mi rostro. Entonces me levanto de golpe de la silla y corro hacia su lugar.

El Amigo de mi Hermano [EDITANDO] « P. RoyceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora