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05 de junio, lunes.

Estado de Seúl, Corea del Sur.

Momo casi juró por su propia vida que no volvería a robar, pero en poco tiempo ya estaba en una tienda de variedades, hurtando todo lo valioso que se vendía y Mina sacaba todo de la caja registradora.

No es la segunda vez. De hecho, ya era la quinta vez que hacía un crimen, pero nadie le quitaba a Momo esa adrenalina y emoción de hacerlo.

A Mina mucho menos.

El treinta de mayo, hace seis días, cuando Momo dormía plácidamente en su cama, un ruido se había escuchado demasiado cerca de ella, y se llevó el susto de su vida que la chica del robo estaba en su ventana, viéndola como si quisiera matarla, con una sonrisa traviesa.

Se presentó como Myoui Mina, y le ofreció hacer de nuevo lo mismo del otra vez. Claro que Momo se había negado, pero Mina le dejó un número telefónico por si lo consideraba, ya que sería para el día siguiente.

Las personas de ahí estaban en la pared de el cuarto siguiente, con telarañas reteniendo sus extremidades para que no pudieran hacer nada, y Mina se había encargado de destruir las cámaras para que no hubiera incidentes con sus identidades.

A Mina no le importaba que se supiera, pero a Momo claramente sí.

Había pensado decirle a su novia, pero ¿cómo le dirá que ella es una de las dos ladronas que tanta molestia le da al verlas en las noticias? Momo teme al odio que pueda tener Dahyun ante ella, y simplemente se queda callada cuando ven las noticias juntas.

— ¿Te vas a quedar ahí o te apuraras? — Mina la sacó de sus pensamientos, y por ello se apresuró a tomar lo que viera de valor.

Esos días ha conocido un poco a Myoui Mina.

Huérfana desde los trece, huye de la KNPA (siglas en Inglés de "Administración Nacional de la Infancia y la Juventud en Corea"), tiene doble nacionalidad de Estados Unidos y Japón (aunque se mudó a Corea por el trabajo de sus padres antes de que fallecieran), para todos es Miller Dana de veinte años por sus papeles falsificados, y es la chica más burlona y enojona que Momo ha conocido.

Mina era todo un revoltijo de problemas, pero parecía más preocupada por el dinero que le faltaba.

Estaban por terminar de vaciar lo valioso e irse a la fuga de nuevo, cuando en un segundo Mina ya estaba colgando del techo por una telaraña que no era suya ni de Momo. Mina se sorprendió, ni siquiera lo pudo predecir como la vez que Momo quiso detenerla en su primer robo, fue demasiado rápido.

Momo giró su cabeza hacia la ventana, donde una mujer vestida igual que ellas se adentraba. Solo que en igual de un cubrebocas, ella se cubría la cara completamente con una máscara negra. Momo podía sentir su cuerpo estremecerse del peligro que sentía, y apenas tuvo tiempo de esquivar las telarañas que le lanzó aquella mujer.

Pero mientras las esquivaba con todo su esfuerzo, la mujer se acercaba y estuvo lo suficientemente cerca como para propinarle un golpe en el rostro.

Momo estuvo aturdida por un momento pero no tuvo tiempo de recomponerse porque la otra mujer solo la empujó al suelo y la retuvo ahí, parando sus esfuerzos de removerse y que no le quiten su cubrebocas.

Momo sentía que le temblaban los brazos, la mujer encima de ella era más fuerte, y por encima de su hombro pudo ver que Mina seguía colgando del techo y veía la pelea como si estuviera disfrutando de una película.

Esa idiota.

— ¡Haz algo o los de KNPA vendrán pero porque los llamaré, idiota! — Mina solo sonrió burlona, pero se desató fácilmente de la telaraña ajena y cayó al suelo para abalanzarse hacia la mujer.

Se aferró a su espalda como si su vida dependiera de ello, mientras que la desconocida se movía y sacudía para quitársela de encima, al igual que con sus manos intentaba lastimarla o agarrarla, pero no podía por lo escurridiza que era Mina.

— ¡Momo, me siento en un toro mecanico! — Mina estaba divertida, como una garrapata sin soltarse y nunca se tomaba muy en serio las cosas. Momo aún así no se tomó el tiempo de hartarse por su despreocupación, sino que intentó golpear a la individua, pero como ésta se volteó al captar su intención, golpeó a Mina en la zona derecha de su abdomen — But I will kill you, Hirai!  (¡Pero voy a matarte, Hirai!) — le había sacado el aire.

— ¡No digas mi nombre, joder! — Momo se abalanzó de nuevo, pero esta vez sí logró golpear a la mujer en el rostro, haciendo que se tropezara.

— Hirai Momo — la mencionada se congeló cuando la mujer habló por primera vez y dijo su nombre — Y a ti te busca la KNPA — Mina, quien había terminado en la pared al soltarse de la mujer, hizo una mueca ante la información que fácilmente les pudo sacar — Será fácil encontrarlas — ella se levantó, dispuesta a seguir peleando.

Momo se puso en las mismas, preparándose para ello, pero Mina hizo lo que la mujer había hecho con ella al principio. Al notarla distraída con Momo, hizo que colgara de cabeza del techo, pero también la rodeó con telarañas para que no pudiera mover los brazos.

— Algo que haces bien — Momo le dijo, viendo que la mujer solo se removió pero no pudo zafarse de la telaraña.

Thank u~.

Mina se bajó de la pared, caminando hasta la mujer para quitarle la máscara y aventarla a algún lugar del suelo, aunque la desconocida se haya alterado demasiado por su acción. Mina la observó detenidamente.

— Mmmh. ¿La conoces? — Mina se giró hacia Momo, quien veía el rostro de la mujer pero no lograba captar quién era, aunque se le era conocido.

Si tan solo voltearan hacia la ventana, podrían ver el rostro de la mujer en un cartel de promoción para una revista de moda.

— No, no sé quién es.

— Se me hace conocida.

— Mmmh... No, ni idea.

Jihyo suspiró del alivio, mientras silenciosamente buscaba la navaja en su suéter para liberarse de las telarañas que la aprisionaban.

Aniways — Mina alzó los hombros y tomó una bolsa con dinero y otra de objetos — Esto me toca, lo otro es tuyo — se lo puso en los hombros para subirse al marco de la ventana, mientras que Momo la detuvo incrédula.

— Pero... ella sabe mucho — apuntó a la desconocida, quien solo las veía.

— De ti sabe mucho. Hay muchos menores buscados por la KNPA, pero ¿cuántas Hirai Momo hay en Corea? — obvió, dando una sonrisa ante los ojos fastidiados de Momo — See you later, darling~ — cuando estaba por salir, la mujer habló.

— Ustedes solo son dos... niñas — lo murmuró serenamente, pero pudieron captarlo bien.

Mina se fastidió por su dicha, pero Momo silenciosamente le dio la razón, no eran más que dos adolecentes sin dinero que tomaron el camino más fácil.

Mina se fue sin decir más, pero Momo se quedó pensando en qué hacer.

¿Cuántas Hirai Momo vivirán en Corea?

Momo soltó un suspiro, tomando sus bolsas para irse sin más, pero volteó una vez para ver cómo la mujer se removía intentando escapar de las telarañas, desesperada por ello, y luego volteó hacia afuera, donde esta vez sí notó el cartel con la misma cara.

— Park Jihyo — murmuró y la mujer quedó de piedra ante ello.

Park la miraba como si fuera lo peor que haya escuchado en toda su vida, y Momo solo la miró curiosa.

Dejó las bolsas en la ventana y fue a por la máscara, recogiendola de donde Mina la había lanzado. Solo la sacudió de cualquier polvo y cuidadosamente se la colocó a Park, entendiendo su miedo de ser reconocida, pues ella también lo tenía latente.

Park Jihyo la miró sin expresión, pero Momo solo se fue con el dinero, sin darle otra mirada.

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⏰ Última actualización: Feb 08 ⏰

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