El castillo Malfoy estaba envuelto en una atmósfera distinta a la de hace un mes. Tras el caos, el juicio de la vizcondesa y la creciente estabilidad del reino, Hermione y Draco comenzaban a fortalecerse como pareja. Su relación, que había empezado con desconfianza y cierta obligación, había florecido en algo más profundo.
Hermione, a pesar de su embarazo, seguía supervisando los asuntos del castillo. Era respetada por los sirvientes y se había ganado la lealtad de aquellos que realmente valoraban su justicia y bondad. Pero lo que más disfrutaba era el tiempo que pasaba con Draco y Armand.
Una tarde, mientras Hermione leía junto a la chimenea, Draco se acercó y le acarició el vientre con ternura.
—Cada día estás más hermosa —murmuró, con una sonrisa en los labios.
Hermione rió suavemente y apoyó su mano sobre la de él.
—Y cada día eres más dulce. ¿Qué pasó con el Draco Malfoy frío y duro que conocí?
Él suspiró y la miró con intensidad.
—Ese Draco sigue aquí, pero tú lograste convertirlo en un hombre mejor.
Hermione sintió que su corazón se aceleraba. En ese momento, supo con certeza que lo amaba. No por obligación ni por conveniencia, sino porque Draco Malfoy había demostrado ser un esposo digno, protector y entregado.
Su matrimonio ya no era solo un contrato. Era un lazo inquebrantable.
.
.
.El día amaneció con un sol radiante y una brisa fresca que llenaba el castillo con la fragancia de los jardines en flor. Hannah Malfoy, prima lejana, llegó escoltada por su familia.
Era una joven de cabello rubio dorado, piel clara y mejillas sonrosadas. Su vestido celeste resaltaba la suavidad de su mirada, pero detrás de esa dulzura, había una chispa de determinación. Desde pequeña había sido instruida en los modales de la nobleza, pero también había aprendido a defenderse y a tomar sus propias decisiones.
Al entrar al gran salón del castillo, sus ojos buscaron a su futuro esposo.
Y entonces lo vio.
Fred Weasley.
Alto, de cabellos rojizos desordenados, con una sonrisa despreocupada y un brillo travieso en los ojos. Un hombre que irradiaba confianza, valentía y una energía contagiosa.
Hannah sintió un vuelco en el corazón.
—Dios… es incluso más guapo de lo que imaginaba.
Fred, por su parte, estaba apoyado contra una columna, con los brazos cruzados y la expresión de alguien que preferiría estar en cualquier otro sitio.
"Ya me van a casar a la fuerza" pensó con resignación.
Draco, que estaba a su lado, le dio un codazo. —Trata de sonreír, primo. Al menos conócela antes de que decidas huir.
Fred suspiró y se obligó a enderezarse. Caminó hacia Hannah con un aire despreocupado, aunque por dentro aún se resistía a la idea del matrimonio.
—Lady Malfoy —dijo con una reverencia burlona—. Es un placer conocerla.
Hannah lo miró con picardía.
—El placer es todo mío, Sir Weasley.
Draco y Hermione observaban la escena con curiosidad. Hannah parecía encantada, mientras que Fred aún luchaba contra su destino.
Pero todo cambió en un instante.
Hannah, con su atrevimiento natural, se acercó y lo besó.
No fue un beso tímido ni protocolario. Fue un beso real, lleno de calidez, de una dulzura inesperada y, a la vez, con un toque de pasión que lo dejó completamente aturdido.
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Prometida Sustituta © |DRAMIONE|
FanficEn las brumosas tierras de Escocia, la vida de una joven Hermione está a punto de cambiar para siempre. Hija de un duque y hermana de una fugitiva, se ve obligada a tomar el lugar de su hermana Astoria en un compromiso con el joven duque Draco Malfo...