1.0. LA INVASIÓN.

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Estaba en clase de física avanzada cuando llegaron las naves. Vivía en Myrtle Beach a dos horas de Charleston en Carolina del Sur. Mi familia y yo vivíamos a las afueras de la ciudad en un rancho con establos. Mi padre se dedicaba a entrenar de caballos y a veces personas para ganar competiciones, todo tipo de equitación: doma, campo a través, enduro ecuestre y saltos de obstáculos; era uno de los mejores del estado. Mi madre era una neuróloga de gran prestigio en Charleston. Mi hermano Aiden estaba en el primer año de universidad estudiando veterinaria. Antes de la invasión iba a décimo grado era una chica de sobresaliente, estaba en el equipo de lacrosse femenino, me encantaba leer, solía montar a caballo y presentarme a competiciones, mis únicas amigas eran las del equipo de lacrosse, aunque fuera bastante buena en el equipo no era muy popular.

Tras la invasión las autoridades dijeron que no atacarían con armas nucleares... pensaron que eran amigos... pero no lo eran. Luego lanzaron una especie de rayo brillante que hizo que se apagaran todos los aparatos electrónicos; ese día mis padres decidieron coger todas las provisiones posibles y nos marchamos a una cabaña que teníamos en el bosque. Destruyeron las bases militares, la marina e hicieron desaparecer a todos y cada uno de los soldados. No se les olvido destruir las capitales grandes de todos los países. Mis padres no apagaban la radio ni para cambiar de emisora; al parecer habían llegado unos alienígenas con seis patas como si fueran pies y dos brazos, no los describían muy bien por la radio. Según la radio mataban a los mayores y se llevaban a los niños... a estos les ponían unos yugos para controlarlos. Mis padres habían hecho un pequeño huerto, con él y con las conservas que habíamos cogido de casa. Pasados cinco meses, decidí salir hacia la ciudad para buscar provisiones en alguna casa. Lo que habían hecho con Myrtle Beach era innombrable, antes era una ciudad preciosa y pintoresca y ahora parecía estar sacada de una película de Hollywood. Todo iba bien hasta que me encontraron y me llevaron con ellos, pensé que moriría pero fue peor; en ese momento fue peor, me pusieron un yugo y comenzaron a ser dueños de mi cuerpo y de mi mente.

FALLING SKIES: OTRA REALIDAD.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora