Último año de la escuela

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Bien, ya había crecido lo suficiente como para darme cuenta que me tenía que dejar de tonterías y me tenía que empezar a fijar en mi futuro. Quería ser psicóloga, quería ayudar a la gente con sus problemas, quería qué todos sepan lo que en verdad importa y cómo tienen qué reaccionar ante ello.
¿Daniel? Pues, luego de un tiempo terminamos, fue sencillo ya que no sentíamos nada el uno por el otro.
Ya era mi quinto año, el último en la escuela, quería irme con las mejores impresiones de mi colegio. Arreglé las cosas con algunas personas, me hice amiga de Andrés, no pensaba serlo de nuevo, pero así fue.
Estaba en el pasillo hablando con unas amigas, cuándo de pronto un baboso, sí porque no se le puede decir otra cosa me dijo una grosería:
-Cata, te ves buenaza. (Claro, dijo cosas más fuertes también, pero son irrepetibles).
Sólo reaccione a tirarle una bofetada y me fui muy molesta. Tenía que soportar verlo todos los días, ¡aj!.

Un día Andrés y yo peleamos, por una niñería en realidad.
Yo me había hecho amiga de casi todos sus mejores amigos, y eso a él le molestaba.
Creo que fue por venganza, o no sé, pero hizo algo que me llamó la atención, agregó a Facebook a mi mejor amiga, y ellos no se conocían para nada.
Sí, me molestó, no sé si solo fue eso o también fueron celos.

Tiempo después, recibí una llamada exactamente 11:43 de la noche, era muy tarde.

-Hola
-Hola Catalina.
-¿Quién habla?
-Eso no importa ahora. ¿Quién te gusta?
Entré en pánico y colgué. Luego de un rato, me di cuenta que la voz era de Andrés...
Al día siguiente fui a verlo para preguntarle porqué lo había hecho, me miró muy fijamente pero no dijo nada, y si más, se fue.
Tenía que verlo todos los días, me miraba y me miraba, pero seguía sin decirme absolutamente nada, y yo me llenaba de angustia.
¿Por qué tanto interés de mi parte? ¿Será que ahora me moría por él?. No lo sabía, necesitaba reflexionar sobre eso, pero me torturaba haciéndolo...

Una adolescente en peligro de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora