El error de mi vida

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Bruno le contó a Andrés que me gustaba, simplemente porque sí, sin razón.

Yo como una ingenua creí que Bruno me ayudaría, pero no, me falló.

Se había convertido en un mostro. No lo reconocía, era otro, había perdido su biena forma de ser, su encanto como persona.

Y como si fuera poco, me recordaba cada vez que nos peleabamos que Andrés ya lo sabía todo. Era terrible.

Me sentía vencida, sin ganas de seguir adelante, pero aún había un rayito de esperanza.

Paula, una amiga del mi grado, decidió hacer una fiesta. Fui decidida a divertieme, a conocer gente nueva. Pero me encontré con Andrés.

Me encontré tambien con muchos amigos.

-¡Cata! ¡Es tu oportunidad para hablar y bailar con Andrés! - Dijeron a la vez.

- ¿Estan locos? Él ya sab es que me gusta, y me muero de verguenza.

En eso volteé a verlo, y me dí con la sorpresa de que él me ya me estaba viendo. Sentí nervios.

Bianca, que era una de mis mejores amigas y que conocía a Andrés lo llamo para bailar ta que estábamos en grupo.

-¡Andrés! Ven, vamos a bailar.

- Jajaja ya está bien- Dijo él.

Luego de una canción mis amigos me dejarom bailando sola con Andrés, para no ser tan obvia de mis nervios, bailé tranquila, como si nada.

Despues de 2 o 3 canciones, solo se me ocurrió decir algo muu tonto: Tengo que ir al baño.

Volví ya más tranquila, aceptando el hecho de que habís bailado con Andrés.

Llegaron casi las 3 de la mañana y decidí irme, ya estaba muy cansada.

Al día siguiente me llegó un mensaje de Steve, que respondí no sé por qué.

-Catalina, ¿Que harás hoy?

-Hola Steve, no lo sé

- ¿ Y si vamos al parque que está por tu casa?

- Claro, pasas por mi a las 5:00 pm.

- Ok, ahí te veo.

A las 5:00 en punto Andrés ya estaba en la puerta de mi casa.

-Asu que puntual- Dije.

-Para que veas que así soy por ti.

Me reí un rato, luego me dio su casaca porque hacía algo de viento.

Llegamos al parque y miramos a los niños jugando y riendo.

-¿Aún me amas?- Preguntó Steve.

- Ay Steve, algunq vez te amé, pero no me supiste corresponder, tú sigues con esa chica, y yo no pienso sufrir por ti.

-Pues yo no la amo a ella... Yo te amo a ti...

-Ya no te creo nada, aunque... admito que aún te amo, pero... ya no es igual.

Se alejó no con una lágrima en el rostro.

Se iba alejando lentamente, se acercaba a la pista.

Intenté ir hacia él, pero ya era demasiado tarde...

Una adolescente en peligro de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora