El parque acuático

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Durante todo el viaje mi hermana y yo estuvimos hablando del parque, a todos los sitios que queríamos ir, en qué lugar del parque preferíamos comer...
Nada más llegar nos dió un bajón al ver la incríble largária de la cola para entrar, habrían unas mil personas esperando para entrar.
Aun así nos pusimos al final del todo, vi a un amigo de mi clase que también iba acompañado con su hermano, pedí permiso a mi madre y fuí con mi hermana a saludarle.
Cuando estaba justo detrás de él ,para saludarle, escuchué la misma voz que había oído en la puerta de casa, pero esta vez me dijo:
-Este niño no merece vivir.
Al instante di un paso atrás, no sabía aún quién lo había dicho me quedé atónita.
A pesar de ello, me acerqué otra vez por detrás, le puse la mano en el hombro y le dije:
-Hola Adrián.
Él me respondió, me dijo qué hacía allí, qué tal el verano y unas cuantas cosas nuestras, cuando terminamos de hablar volvimos con nuestros padres.
Estuvimos esperando casi una hora para poder entrar pero la espera mereció la pena.
Nada más entrar fuimos a la piscina de olas, estuvimos un rato bañandonos, la piscina estaba fresquita, como a mi me gusta hasta que de repente empezaron las olas, me pillaron de imprevisto y me tragué la primera ola, salí dando volteretas hacia atras y me dí un golpe con alguien, cuando conseguí dar una bocanada de aire, me giré y me di cuenta que me había chocado con Adrián.
Él me dijo que no pasaba nada que no le había dolido, pero sabía que el golpe que le había dado en el muslo había tenido que doler, así que me disculpé unas 30 veces.
Después de estar un rato en la piscina me fuí a unos cuantos toboganes y piscinas distintas, con olas, saladas, dulces... Pero me dejé el mejor tobogán para después de comer, cogimos las bolsas y los tuppers y nos fuimos a la zona de comida.
Yo no tenía mucha hambre y solo comí un bocadillo de tortilla de patata muy pequeño.
Cuando acabamos de comer nos tumbamos en la hierba a la sombra para descansar un poco.
No pude aguantar mucho tiempo tumbada y enseguida me levanté para tirarme por el precipicio.

La voz de SandraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora