Otra vez de vuelta

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Día a día, pensado en Adrián se me pasó el verano volando, volvían las clases, no sabía que me depararía ese año, pasaba a cuarto, según lo que me habían dicho las asignaturas empezaban a complicarse mucho y a mí me costaba mucho estudiar sin distraerme con cualquier cosa.
Llegó el día de la primera clase, me preparé la mochila y bajé a desayunar, como siempre un vaso de leche y mi magdalena, cogí la mochila y salí hacia la esquina donde quedaba con mis dos mejores amigas, Paula, Marta y Celia, Paula era una chica un poco más bajita que yo con el pelo rubio y rizado, era una chica que no le gustaba hacer mucho el deporte pero sí quedar con nosotras para pasear y hablar, no le gustaba mucho estudiar pero aún así sacaba buenas notas y Marta, mi mejor amiga era una chica perfecta, tenía el pelo castaño oscuro y también rizado, una cara muy redonda y la piel muy morena, sus ojos eran marrón caramelo y lo que más le gustaba en el mundo era yo, bueno y también un poco la natación, el atletismo y los estudios pero mucho mucho menos y Celia era una chica muy alta, bastante más que yo, con el pelo rubio y todo liso, tenía los ojos azules, la cara de una piel muy fina y súper clara, siempre estaba dispuesta a todo y le encantaba bailar,cantar y jugar a baloncesto.
Llegamos las tres a la vez a la esquina, como siempre a las 8 en punto, estuvimos todo el camino hablando del verano, de todo lo que habíamos hecho, qué tal lo habíamos pasado y muchas más cosas, ellas también se habían enterado del fallecimiento de Adrián, cuándo lo nombraron se me puso la cara blanca y pegué un parón, me preguntaron que si estaba bien y les dije que fué que no había desayunado mucho.
Llegamos al instituto y aún nos faltaba mucho por contar así que lo aplazamos al patio, en la primera clase nuestro tutor vino con un chico llamado Louis, era francés, había venido porque habían llamado a su padre para un trabajo aquí, era un chico con el pelo corto y rubio, unos ojos marrones oscuro,una cara muy fina y de una piel muy clarita, tenía una nariz pequeña y con varias pecas en la punta y era muy alto, mucho más que yo, a primera vista me pareció un chico muy guapo y listo.
Los nuevos profesores me gustaron mucho, explicaban muy bien y no se hacía demasiado aburrido, en la clase de matemáticas estuve pensando si contarles a mis amigas lo de la voz o no pero al final decidí que no porque qué podrían decir, me podrían tratar como una loca así que decidí no contarles nada, además no tenía ni idea de qué
me pasaba.
En el patio, nada más salir fuí a hablar con Louis, era muy majo, pero aún no sabía muy bien hablar castellano, me estuvo contando porque había venido aquí que era lo que le gustaba hacer y muchas más cosas, el acento que le ponía al castellano me enamoraba.
Me junté con mis amigas y continuamos hablando de las vacaciones, según me contaron hicieron cosas chulísimas, me hubiese gustado estar con ellas.
Cuando llegó la hora de salir también volvimos juntas a casa, Marta se iba con Celia una calle antes que yo y Paula una calle después de la mía por lo tanto que primero nos despedimos de Marta y Celia, cuándo llegamos a mi casa le di dos besos a Paula y ella me dijo adiós, yo le respondí y me giré, al instante escuché:
-Adiós, justo eso le diré yo... Jajaja.
Me volví a parar, justo en la puerta de casa, ¿Que había significado eso?
¿Iba a hacer lo que creía que
había insinuado?

La voz de SandraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora