Carlos

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CAPÍTULO TRES

A menudo pienso en aquella primera semana como un infierno terrenal. Es decir, lo pasaba muy mal, y además veía a mis primos que estaban verdaderamente fatal. Oliver siempre parecía que había dormido mal, Barbs apenas hablaba, y Thy... Bueno, Thyfue diferente. Era una adolescente y estaba en la época de comerse mucho el coco, sufrir por tonterías... Supongo que tuvo que madurar muy rápido, perderse parte de su adolescencia. 

En el funeral estaba la familia de Jacqueline. Los abuelos de mis primos eran muy mayores, y quisieron estar todo el rato con sus nietos. Algunos amigos míos vinieron y me dieron el pésame al acabar.

Óscar, mi mejor amigo desde hace bastante, conocía muy bien a mis tíos y a su familia. Incluso se había quedado en su casa a dormir conmigo varias veces. Habló con mis padres (sí, es de los que se toman confianza con los adultos) y les dijo que él estaba dispuesto a todo para ayudar, a lo que mi madre le acarició el brazo y le dijo "qué ideal eres, Óscar. Muchísimas gracias, lo tendremos en cuenta". 

Si mis padres hubiesen sabido la mitad de cosas que Óscar hacía, no les hubiese parecido tan ideal. Le tenían mucho cariño porque decían que era un niño "fuerte y cariñoso" a pesar de cómo le había tratado la vida. Eso puede que fuese cierto; Óscar siempre había sido un gran tipo y lo había pasado muy mal. Su padre era drogadicto y les pegaba cuando eran pequeños, su madre no hacía nada. Un día Óscar decidió devolvérsela, a pesar de tener tan solo ocho años, y os podéis imaginar cómo acabó Óscar. En el hospital averiguaron todo lo que pasaba, y le quitaron la custodia a sus padres. Empezó a vivir en familias de acogida hasta que un matrimonio se acariñó de él y decidieron adoptarle. Tenía él por entonces nueve años. En el colegio nos hicimos mejores amigos, y él adoraba mi casa porque había barullo. Siempre le invitábamos a las comidas familiares, y al cabo de unos años empezamos a contar con él para las cenas de Navidad. Él decía que a sus padres no le importaba mucho, solo estaban bien de verle feliz y sano.

Cuando teníamos nueve años, en una de esas comidas con los primos, conoció al tío Guillermo y su familia. Esa tarde, en mi casa, me dijo que mi prima era la niña más guapa del mundo, y yo le dije que la dejase en paz, que solo tenía seis años, y que a Thy él no le gustaba. Supongo que allí empezó. Él siempre tuvo novias, pero siempre que veía a Thylane me decía lo mismo; "Cada vez es más guapa". Yo siempre le miraba mal y le decía que la dejase en paz. 

Oliver dormía en mi habitación y hablábamos bastante de todo y de nada. Siempre había tenido confianza con él, pero no era muy comunicativo con respecto a sus sentimientos. Oliver estudiaba fuera, en California, y se había vuelto para las vacaciones de verano. Ahora empezaría el curso un mes más tarde, pero decía que ojalá no tuviese que empezarlo. Se sentía mal dejando a sus hermanas solas. Le dije que no se preocupara, que yo cuidaría de sus hermanas. 

Dos semanas después, Bárbara seguía encerrada en su mundo. Le sacabamos monosílabos y frases cortas, pero a veces se quedaba mirando por la ventana con los ojos llorosos. Yo encontré a Thy llorando en su habitación varias veces, pero ella fingía que no pasaba nada.

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CAPÍTULO CUATRO

Ese día Óscar lo pasó en casa. Decía chorradas y hacía tonterías para que nos riésemos, pero solo conseguía de nosotros sonrisas falsas, sonrisas tristes.

-Chicos, Agnes ha llamado- dijo papá cuando estábamos sentados en la mesa. Agnes era la hermana de Jacqueline-. Han organizado un recordatorio, como una jornada de ceremonias para adultos en memoria de Guillermo y Jacqueline. 

-¿Cuándo es?- preguntó Alex, poniéndose más coca-cola en el vaso.

-Es la semana que viene en París- dijo mamá, tapándose la boca con el dorso de la mano mientras acababa de tragar. Ella era así, correcta, recta y elegante-. Dura dos semanas, y quieren que vayamos.

Cuando volvimos a sonreírDonde viven las historias. Descúbrelo ahora