Cap 25

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Esa mañana tanto Yoko como Faye amanecieron de muy buen humor, entre risas y caricias hicieron el amor una vez más, después de un baño desayunaron y se dirigieron a la consulta de su hijo. Tal como la pediatra había imaginado, los resultados de los exámenes de Angel estaban en orden y esa misma mañana podria irse con sus madres a casa. Yoko estaba pletórica, y no dejaba de acariciar a su bebé con amor: sentía el corazón lleno de alegría y una esperanza renovada. El futuro no parecía incierto, ahora tenía tintes de esperanza.

Al llegar a la mansión, Faye recibió una llamada del hospital que no podía dejar de atender, así que después de darle un beso en la frente a su hijo y guiñarle un ojo a Yoko fue a su despacho. Por su parte, Yoko subió las escaleras con su hijo en brazos y la enfermera detrás de ella. Abrió la puerta de la habitación de Ángel y entro para instalarlo, no puedo evitar que recuerdos de esa habitación la avasallaran, ahora de un modo distinto.

<Flashback>

Yoko salió de su habitación después de tomar una siesta, se dirigía a compartir rato con Anny y merendar juntas. Sin embargo, el sonido de una voz en la habitación que fue de Faye y Anda llamó su atención. La puerta estaba ligeramente abierta, y cuando se acercó su corazón latió con fuerza. A pesar de que las cosas entre ella y Faye habían mejorado, la sombra de su ex esposa seguia rondándola. Recordó por un momento las palabras de Wan durante la fiesta de cumpleaños de Anny.

...
Ambas estaban mirando a madre e hija juguetear divertidas y la psicóloga no se midió para recordarle lo que se perdía.

W: Estás dejando pasar una oportunidad única. Una mujer que te ama como ella no la consigues fácilmente. - la miró con cariño sincero. - Piénsalo.
....

Respiró hondo para entrar en la habitación y averiguar qué pasaba dentro, tomo la manilla y entró. Al hacerlo se quedó sin respiración, de la recámara que ella habia conocido no quedaba nada, salvo los cimientos que la formaban. Ahora tenía una decoración distinta, era una habitación para niños... era la habitación de Ángel. Sin emitir sonido alguno dio unos pasos más sin perder su asombro, pero con el corazón frenético bajo su pecho.

En una mecedora estaba Anny sentada con una muñeca mirando hacia la ventana, la luz que entraba a la habitación hacía más rubios sus cabellos. La niña estaba enfrascada en una conversación con su amiga de trapo, y Yoko decidió escucharla unos segundos en silencio, mientras un amor que jamás pensó sentir se hacia más patente dentro de ella. Debió haber hecho algún sonido porque Anny se levantó rápidamente y se sonrojó al verse descubierta.

Y: Hola cariño.. - dijo cuando por fin pudo hablar. Los ojos de Anny se humedecieron y Yoko se acercó prontamente para consolarla - ¿Qué sucede corazón?

A: ¿Vas enojarte porque entré a la habitación? - Yoko se sentó en la mecedora para acercarla a ella.

Y: ¿Por qué me enojaría?

A: Porque es el cuarto de Ángel. - Yoko le sonrió y pasó uno de sus mechones rubios detrás de su orejita.

Y: No estoy enojada, ni siquiera sabía que esta era la habitación de Ángel - le aseguró para tranquilizarla - Pensé... bueno, no importa lo que pensaba. - dijo sacudiendo la cabeza - Hace tiempo me dijiste que entrabas aquí y te ponías triste... ¿Por qué cariño?

A: Mamá dijo que esta mecedora sería para que te sentaras con el bebé y hacerle mimos. - le dijo sonrojada y quitando la mirada. Entonces encogió los hombros como quitándole importancia al asunto - Cuando llegué tu bebé ya no tendrás tiempo para mí.

Y: ¡Oh cariño!.. Eso jamás va a pasar - Le dijo abrazándola después de ver que una lágrima recorría la mejilla de Anny. - Tú siempre vas a tener un espacio en mi corazón y todo mi tiempo. - la cargó para sentarla en su regazo y comenzó a mecerse con ella.

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