Todos los días, el Lord Demonio se escapa de su matrimonio

Capítulo 31

Esta idea sobresaltó a Chu Binghuan.

Hua Che le miró fijamente.

El «Ji Feng» que utilizó tres años antes, el entendimiento tácito en su duelo, ya no le era frío sino que le seguía hasta los confines de la tierra. En lugar de centrarse únicamente en el Dao, le instaba a cumplir su compromiso.

¿También había renacido Chu Binghuan?

Este pensamiento pasó por la mente de Hua Che.

No se atrevía a confirmarlo, pero tampoco podía ignorarlo completamente.

Si Chu Binghuan también había renacido, ¿qué debía hacer...?

¿Lo estoy pensando demasiado?

—Se preguntaban simultáneamente en sus corazones tanto Hua Che como Chu Binghuan.

¿Quizás lo estaba pensando demasiado? Después de todo, dado el carácter de Chu Binghuan, él no...

Además, incluso si Chu Binghuan no quisiera cultivar o ascender, no se enredaría con Hua Che, ¿verdad? ¿No estaba resentido consigo mismo?

Palabras fuertes como «sin vergüenza», «irredimible», «no hay espacio para los dos», «tócame otra vez y te cortaré los meridianos», etc., ¿no eran sólo amenazas vacías?

Hua Che se sintió un poco confuso.

"Los dos..." Mu Rongsa estaba estupefacto. Pensaba que Hua Che ya era lo suficientemente poderoso, después de todo, le había derrotado duramente dentro de la secta, ¡pero la fuerza de Hua Che superaba con creces su imaginación!

Justo ahora, neutralizó directamente todos los movimientos de Chu Binghuan, uno por uno, ¡era simplemente asombroso!

Viento que Fluye y Nieve que Escucha, Lluvia Clara y Brisa Suave.*

*(Nombres traducidos de sus respectivas espadas)

Estos dos movimientos no aparecían al mismo tiempo porque una vez que Chu Binghuan hacía un movimiento, básicamente no había oportunidad para que Hua Che mostrara sus habilidades, y viceversa, si Hua Che hacía un movimiento, no había necesidad de que Chu Binghuan interviniera.

La única vez que aparecieron simultáneamente fue cuando Hua Che se convirtió en el Lord de los Demonios y fue a buscarle a Yuntian Shuijing.

Empuñaron sus espadas y lucharon ferozmente.

Chu Binghuan le preguntó: "La gente de fuera dice que masacraste veintiséis hogares, masacrándolos a todos, sin perdonar ni a hombres ni a bestias."

Sin dudarlo, Hua Che admitió: "Sí."

"¿Por qué?" Hasta ese momento, Chu Binghuan no creía que se volvería tan loco, tan cruel.

Hua Che sonrió siniestramente, sus labios se curvaron con un arco sanguinario, "Yo mato si quiero matar. Sólo tienes que saber que fueron asesinados por mis propias manos, sin motivos ocultos ni acusaciones injustas. Esto es diferente de los cinco mil discípulos de la Secta Shangqing, que me agraviaron. Esto... no es injusto."

"Lord de los Demonio Hua Che, despiadado y venenoso, masacra a la gente sin piedad. ¡Excelente! Una vez quisieron matarme, ahora me temen. Sólo la mención de mi nombre los asusta hasta la muerte. Dondequiera que voy, inmortales y demonios en mil millas a la redonda huyen despavoridos, temiendo cruzarse en mi camino."

"Lo disfruto enormemente."

Hua Che tiró a un lado su espada, abrió sus brazos y caminó hacia Chu Binghuan, presionando su corazón contra la punta de la Espada Ting Quan, su sonrisa llena de significado, " ¡Señor Yunmiao, libere al mundo de los demonios, vénguese de ellos!"