Capítulo 12

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No tenía muy claro lo que regalarle, lo pensé un rato, pero como no se me ocurría nada empecé a preparar la mochila. Guardé todo lo que tenía que llevar, desde crema de sol hasta los chicles. Y, entonces, me di cuenta de que tenía la respuesta en mis manos, en la bolsa del quiosco. Lo tenía claro, le regalaría un muñeco de un lacasito. Era un regalo original, divertido, y perfecto para nosotros.
Al día siguiente, entré en todas las tiendas de chucherías que vi, hasta que encontré un lacasito gigante. Era perfecto, de color azul. Lo compré, y salí de la tienda sonriente, aunque el regalo me salió caro, no por el precio, sino porque cada vez que entraba en una tienda no podía evitar comprar algo y comérmelo.

Había quedado con él al día siguiente, así que cuando llegamos a Cádiz le pedí a una amiga que me guardara el regalo hasta el día siguiente, porque no quería que mi madre se enterara de que tenía novio. Bueno, en realidad, no sabía si aun éramos novios. No, en definitiva no lo éramos, pero tenía muchísimas ganas de que lo fuéramos.

¿Compartimos los Lacasitos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora