CAPÍTULO 17

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Siempre despertar es la peor parte del día, sería fantástico poder permanecer en la cama sin tener absolutamente nada que hacer. Pero la realidad era que dentro de una hora tenía que estar en la escuela, había mandado un mensaje de texto a Alexander para ver si podría pasar por mí, no quería abusar de la situación pero tampoco quería pasar más tiempo del necesario cerca de Kendall. Anoche había meditado bien las cosas, renunciaría a ser su tutora aunque ni siquiera llegué a lograr mi función como tal, pero al negarme no tendría que subir a su auto nunca más. O bueno, eso creo.

—Isabella ¿Estás despierta? —Preguntó mi madre al tiempo que daba unos suaves golpecitos a través de la puerta. Debería alarmarme pues no creo que su visita sea sólo con el fin de saber si ya estoy despierta, pero no me hago a la idea de que esté ocurriendo.

—Sí, adelante. Puedes pasar —Estaba extendiendo las colchas de mi cama cuando la puerta se abrió y ella entró con su habitual bata blanca, demasiado entusiasmada lo cual era un indicio de buenas noticias al parecer. Aunque dudo de que sean buenas para mí.

—Querida, acabo de hablar con tu hermana acerca de la sesión de fotos de hoy. Quiero que sepas que cuentas con el apoyo mío y de tu padre, sea cual sean los resultados estamos orgullosos de ti — « ¿Cuál sesión de fotos? » Por poco lo olvidaba, Gabriella consiguió la manera de que Kendall y yo tuviéramos las imágenes perfectas para nuestra farsa de campaña.

—Gracias, eso es en verdad importante para mí. Espero no decepcionarlos —Una parte de mí hablaba con sinceridad, mientras que la otra quería gritar que todo era una injusticia. Pero la opción más viable era sonreír con fingida alegría, mamá no parecía sospechar de nada extraño y sólo se aproximó hacia mí para darme un fuerte abrazo, el cual respondí un tanto incomoda. Esto no le hacía daño a nadie, lo más probable es que sea Nancy quien gane pero después de todo podré decir que lo intenté.

—Bueno no te quito más el tiempo o llegarás tarde. Te estamos esperando para el desayuno —Y sin más salió de la habitación, debo admitir que nunca habían tenido un trato especial para conmigo así que tendría que aprovecharlo cuanto pudiera. Oportunidades como estas sólo hay una vez en la vida, al menos en la mía.

Al bajar las escaleras toda la familia estaba sentada en el comedor, ajenos a mi presencia. Tomé mi plato y fui hacia mi lugar mientras que todo estaba silencioso, de cierto modo no me parecía tan extraño pues nunca hay tema de conversación mientras estamos todos juntos en la misma mesa, el único sonido que se hacía presente era el timbre de la casa lo cual era inusual teniendo en cuenta las tempranas horas del día. Gabriella al instante se puso de pie y fue a toda prisa para atender a quien estuviera del otro lado de la puerta, en verdad esperaba que no fuera una visita inesperada llamada Kendall.

—Isabella es para ti —Definitivamente no era él, así que con un poco más de alivio me levanté de mi asiento mirando en dirección en donde mis padres se encontraban, pero ellos parecían no tomar en cuenta todo lo que pasaba frente a sus narices y sin pensarlo tanto fui hacia donde se encontraba Gabriella. Al principio me sorprendí de encontrarme con Alexander de pie en el marco de la puerta principal de mi casa, perfectamente arreglado y esperando por mí con una linda sonrisa. Me repetí lo increíblemente afortunada que era de salir con semejante chico y fui hacia él tratando de alizar las inexistentes arrugas de mi falda.

—Hey, llegas temprano —No era necesario comprobar el reloj para saber que él estaba aquí con tiempo de sobra, no me quejaba por ello pero dado que aún no me aplicaba ni un toque de maquillaje y estaba en ayunas, tendría que hacerlo esperar. Sabemos que eso sería una eternidad y lo más probable es que no lleguemos a tiempo para la escuela.

—Lo siento, no me di cuenta de la hora. Pero si quieres puedo esperarte —Esa sería una pésima idea, tal vez es una señal de que ya debería salir de casa antes de que las cosas se pongan más tensas. Aún no entiendo por qué ese cambio repentino por parte de mamá si hace unos minutos estaba delirando su orgullo por mí, quizás ya cambió de opinión y algo me dice que tal vez mí querida hermana contribuyó en ello.

COMPLICATED LOVE ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora