CAPÍTULO 4

146 8 0
                                    

Mi cabeza iba a explotar, el dolor era demasiado intenso y sentía cada parte de mí completamente entumida. Intenté ponerme de pie pero mis piernas no respondían, lentamente abrí los ojos pero aun así la luz era poca en la habitación en la que me encontraba, miré mi cuerpo medio desnudo recostado entre unas sábanas oscuras en vez de las floreadas a las que estoy acostumbrada, lo que indicaba que algo sin duda andaba mal.

El silencio era abrumador, no veía mi ropa por ningún lado sólo me encontraba en sostén y bragas, el pánico se apoderó de mi así que me envolví en los oscuros tejidos y obligué a mis pies que se arrastraran por el frío piso, eché un último vistazo a la habitación y abrí la puerta lentamente mientras mis ojos se acostumbraban de nuevo a la luz. No tenía ni idea de la hora que era ni quería saberlo pues probablemente es más tarde de lo que mis padres me querían en casa, no tendría que ser adivina para saber que llegando me darían un duro castigo. 

A lo lejos se escuchaba el ruido de la televisión así que por instinto lo seguí hasta bajar por unas escaleras, adolorida conseguí llegar hasta la planta baja donde me encontré con una blanca y reluciente sala, en ella se encontraba alguien recostado y por lo visto ese alguien era un chico de cabello oscuro, al sentir mi presencia me miró e inmediatamente se sentó y sus ojos me recordaron todo.

— ¡¿Quién eres tú y porque rayos estoy aquí?! —Dije desesperadamente aferrándome más a las sabanas temiendo de él pues ya pensaba lo peor. Acceder a venir a la casa de un completo extraño claramente encabeza mi lista de las cosas más descabelladas que he hecho, sabía que todo esto no terminaría en nada bueno.

—Oh nena, que rápido te olvidaste de lo que pasó —Contestó tranquilamente mientras pasaba sus manos por su ahora despeinado cabello. Era una completa distracción ver detenidamente cada uno de sus gestos así que enfoqué mi vista en todo lo que nos rodeaba, siendo sincera él tenía unos gustos algo finos en sus decoraciones, lo que mostraba su alta posición económica por lo visto.

— ¿De qué hablas? —No recordaba claramente como llegué hasta aquí, sólo tenía la noción de haber salido en su coche de la espantosa fiesta. Mi cabeza comenzó a punzar mucho más fuerte, mis manos temblaban y estaba helada de puntas a pies por los nervios que comenzaban a inundarme.

—Quizás lo descubras por ti misma... quizás no —Una ligera sonrisa se formó en sus labios y su mirada intensa me lo dijo todo, sin esperar una explicación más subí rápidamente las escaleras para regresar a la habitación en donde estaba y refugiarme de él, esperaba encontrar mi ropa para poder salir de ahí lo más pronto posible. Cerré la puerta con seguro y tuve que recargarme para estabilizar mi respiración, no pasó ni un minuto cuando sentí unos golpes a través de ella.

—Es mejor que abras, no me obligues a usar la fuerza —Su voz era más grave que la mayoría de los que chicos que conocía, por lo cual mi piel se erizó y mi respiración se volvió irregular. Podría ser un acecino en serie y yo había caído directamente en sus garras, ahora que lo pienso tiene aspecto intimidante suficiente para conseguir con sus propios méritos el dinero con el cual se daría todos los privilegios con los que ahora contaba. Todo comenzaba a tener sentido.

—Lo haré si prometes no hacerme daño, por favor —Era patético lo que decía, si él quería lastimarme no iba a tener piedad. No andaría con rodeos y simplemente haría de mi lo que mejor le parecía pues como dicen por ahí, el tiempo es oro.

—Sólo quiero entregarte tu ropa —Dudé un poco pero pudo más mi curiosidad y lentamente abrí la puerta, efectivamente él se encontraba del otro lado de la habitación con mi falda, blusa y tacones en mano. Si tenía planeado escapar como diera lugar de aquí, al menos tendría que ir bien vestida antes de que se avecinara lo peor así que lentamente me acerqué a él aferrándome de las sabanas como si mi vida dependiera de ello y quien sabe, tal vez esa no era sólo una simple metáfora.

COMPLICATED LOVE ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora