La decisión de Michiru, francamente me había sorprendido, decidí caminar esa noche y meditar sobre lo que había ocurrido con ella, era correcto dejarla ir así, tal vez debí detenerla, después de todo ella era mi compañera desde hacía mucho tiempo, nunca imagine estar separado de ella, quizás yo, estaba muy segura de su cariño y por eso la descuide, con su ausencia podre darme cuenta de mis verdaderos sentimientos, había tomado una buena decisión, no debería dejar que yo la lastimara de esa forma.
Camine sin rumbo fijo, cuando me di cuenta estaba muy cerca del parque cercano a la casa de Serena, lentamente me senté en una de las bancas del parque, mire la luna, aquella de donde provenía nuestra princesa, porque todo se había complicado, porque el megaverso había llegado para arruinar la vida de una niña de tan solo 13 años y complicarle la vida de esa manera, el malvado megaverso, por quien comenzó todo, suspire, no tenía que pensar en el pasado, tampoco preocuparme del futuro, simplemente viviría mi presente.
Absorta estaba en mis pensamientos cuando un chico de cabellos negros se sentó junto a mí, al principio no le di importancia, no tenía nada de malo que esa persona se sentara junto a mí, además no tenía la intención de molestarme pues mientras yo seguía pensando en mi situación ese hombre seguía tranquilo, gire mi cabeza solo por la simple curiosidad de verle, pero mi sorpresa fue mayor cuando vi que era nada más y nada menos que Seiya Kou.
El también me miro - ¿Qué haces aquí? - pregunto el de forma seca, yo solo pestañee, no tenía por qué darle explicaciones, mire al rededor del parque y por la cercanía deduje que quizás venia de casa de Serena - Cuido a la princesa - mentí, no quería que me tomara con la guardia baja - ¿Y tú que haces aquí? - le pregunte con la misma frialdad, esperaba su contestación pero el tardo demasiado, finalmente me levante, tenía que ir a casa de Serena y ver como estaba, pero Kou tomo mi brazo - Ella está bien - dijo de forma abrupta.
Que supiera sobre ella me molestaba, yo mismo no sabía ni como me sentía, la partida de Michiru era un asunto que solo me correspondía a mí, aunque sabría que dentro de poco lo sabrían todas - Me alegra que Serena se encuentre bien, ¿qué paso entre ustedes y Melissa? - el pelinegro me miro, por un momento sentí que no debí preguntarle eso, pues sabría que él no me respondería, volvió a reinar el silencio, entonces me senté de nuevo, no tenía ánimos de irme en realidad y quedarme parada tampoco era una buena opción.
Sin embargo Kou hablo, como nunca, me conto todo lo que había pasado, yo ya lo sabía por Serena y Setsuna, pero que Kou me lo contara, entonces recordé que él no creía sobre la situación de Melissa, fue ahí cuando le conté lo que había pasado en casa, sobre la historia que había contado la chica, cuando le dije que era real, se quedó estático, como si le hubieran congelado y dejado sin respiración ahí, por un momento me dio miedo su reacción, pero entonces el, sin creerlo lloro.
- Disculpa Tenoh, odio que me veas así - solo eso dijo, pero siguió llorando, no sabía qué hacer, me acerque un poco más a él y puse mi mano en su hombro, entonces el lloro aún más fuerte, le di unas pequeñas palmadas en la espalda y supe que se sentía muy mal, sin querer me fui acercando poco a poco, no sabía porque razón pero me sentía triste, como si esa situación me afectara a mi también, sin pensarlo más, me levante me puse frente a él, recargue su cabeza en mi pecho y lo abrace, al hacer esto, por un momento él y yo olvidamos todo, simplemente le deje llorar y el me permitió consolarlo.
No supe cuánto tiempo paso, yo seguía consolando al chico, algo muy extraño pasaba dentro de mí, era como si la situación de Kou me doliera o me lastimara, si lo pensaba bien, el simplemente se merecía ese futuro porque él no pertenecía a este mundo, vino a cambiar todo, el futuro de todas nosotras, porque era verdad que desde que las Three Lights llegaron, todo esto quizás no hubiera sucedió, entonces una oleada de ira y coraje me invadió, separe de golpe al chico y le mire furiosa, el por supuesto me miro sin saber qué hacer, como pudo limpio sus lágrimas y entonces ambos supimos que nuestro pequeño momento de tregua había terminado.
- Odio que me mires así, sé que por un momento fui débil, pero no sabía que hacer ya que esta situación me afecto más de lo normal - dijo el pelinegro, le mire con más odio aun, nadie de nosotras debimos pasar por todo esto, tal vez Michiru seguiría a mi lado, tal vez ahora el Príncipe Endimión y la Princesa de la Luna estarían juntos, si ella y sus hermanas no hubieran vuelto a la tierra, todo seguiría su curso - ¡Todo es tu culpa! - dije gritándole - ¡Es culpa de ti y tus hermanas porque esta situación no hubiera pasado si ustedes no hubieran vuelto! - no pude más y lo empuje, pero no me di cuenta que el aún me tenía abrazada, entonces al momento de caer, también lo hice yo.
Aterrice justo encima de él, la situación me molestaba sobre manera, pero él no me soltaba y yo no sabía que más hacer, le mire directamente a los ojos, de forma furiosa entonces intente golpearlo pero el detuvo mi mano, como si leyera mis pensamientos - Es que no puedes darme ni 5 minutos - dijo Kou evidentemente molesto - ¡Suéltame! - dije gritando, entonces el hizo las cosas aún más complicadas, tiro de mi para colocarme justo frente a frente, el problema era que estábamos tan cerca y el no midió la distancia, nos dimos un beso.
Me quede helada y seguramente el también, porque aunque solo pusimos los labios juntos, todo me fue desconcertante y no me pude separar aunque lo intentara y el tampoco parecía desear alejarse, con los ojos abiertos y los labios juntos nos miramos aún más, entonces el me tomo el cuello y cerro sus ojos, yo me deje ir y también cerré mis ojos, pero no mis labios, entonces el, realmente me beso y yo correspondí.
