Esa mañana de domingo, estaba decido a dar todo por el todo, no iba a permitir que me quitaran a mi novia, así que fui temprano a buscar a Andrew, el podía aconsejarme, lo necesitaba. Llegue al Crown, el me saludo y me ofreció un café, gustoso acepte, el me vio serio
- ¿Que harás Darien? - le pregunto el rubio, le mire - Vengo por un consejo - dije tomando un poco más de café, el me miro, asintió
- Bien, ve a buscarla, dile que la amas, explícale todo, pídele que te escuche, ella es muy noble, lo hará - yo le mire, me sentía nervioso - me siento como si fuera la primera vez que le pidiera una cita –
Andrew sonrió, él sabía que yo amaba a Serena, así que nos dirigimos poco después a casa de Serena, yo iba muy contento y mi gran amigo me animaba, cuando llegue a su casa la vi, pero no como yo espere, ella se dejaba tocar por Seiya Kou.
Me entraron muchos celos, quería golpear a ese imbécil, ella lo besaba con mucha pasión, como jamás nos besamos nosotros, estaba por interrumpirlos, pero Andrew me tomo del brazo, solo carraspeé, me iba a acercar a ella pero la celebridad me dijo que ya eran novios.
Le pedí a Serena hablar, teníamos que hacerlo. Ella dudo pero al final accedió. Le pidió a Seiya que le diera su tiempo, que en cuanto terminase volvería con él. No pude evitar sentir de nuevo celos, decidimos ir a caminar al parque nacional, que tenía un bello bosque.
Durante el trayecto no nos dijimos nada, al llegar a una zona llena de árboles, donde se penetraba poco la luz del día, me pare, era el momento de hablar - Serena - la mire a los ojos -Quiero que me escuches, déjame hablar y por favor no me interrumpas ¿está bien? - Mi hermosa Serena me miro, me contemplo y después asintió, yo tome aire
- Cuando mi alma regreso a mi cuerpo, tuve la oportunidad de ver a Seiya Kou como te miraba, sé que él te adora, no negare que quizás te quiera, no quise mencionar nada, ni hablar del chico, seria doloroso para mí. Pero cuando me dieron la oportunidad de volver a estudiar en Harvard no lo pensé dos veces, quería estudiar arduamente, porque quería ser un espléndido doctor, quería tomar un solo turno en el hospital, para estar estable contigo. Yo iba a permanecer un año en Harvard, pero se me dio la oportunidad de hacer todo en 6 meses si estudiaba mucho y estaba al corriente con diversas materias, sabía que sería difícil, pero lo quise intentar. Sé que hubo días que no te llamaba, pero era o porque me quedaba dormido, o porque no tenía el tiempo, quería terminar todo para poder al fin estar contigo –
Dije al fin, sé que Serena estaría al pendiente de lo que dije, de pronto se acercó a mí - ¿Porque no me lo dijiste antes? ¿Porque hasta ahora? –
Yo no podía mas - Serena amor, yo solo quería terminar todo para estar contigo - me acerque a ella - Te amo Serena - Serena era una niña que conocía hacía ya tiempo, sabía que estaba a punto de llorar, sin embargo no me lo demostró, ¿de verdad había cambiado?
No pude aguantar más, me acerque aún más a ella, quería sentirla cerca, entre mis brazos, había anhelado ese contacto hace ya bastante tiempo, ella no se opuso
- Sé que me quieres Serena, yo te quiero mucho, discúlpame por favor por ser tan idiota- ella me miro, tomo mi mejilla, necesitaba su contacto, su caricia - Si te quiero, pero Darien - se sonrojo al tenerme cerca, yo quise acercarme más, pero había querido hace mucho sus caricias
- Tú me lastimaste mucho - dijo ella – Perdóname Serena, no puedo vivir sin ti – dije suplicante, no pude aguantarme más, la tome entre mis brazos y la bese. Ella exclamo, quiso protestar, se resistió, pero sabía que ella deseaba ese beso tanto como yo, me acepto.
Por un momento me olvide de todo, de todos, pero luego ella se separó de mi con brusquedad - No! - dijo fuerte –
Ahora Seiya y yo somos novios, él no se merece esto, él siempre me ha querido - Sus palabras me hirieron –
Él nunca me ha dejado sola - dijo por último, sabía que me lastimaba, pero esta vez parecía que no le importaba - Serena, te amo, nunca voy a dejar de luchar por ti, esperare por ti - ella me miro.
No sabía que pensaba, creo que por primera vez me di cuenta que Serena estaba dejando de ser esa niña que todos conocíamos, no me dijo nada, solo me miro a los ojos.
Después se dio media vuelta y camino en dirección a su casa. Me dejo ahí solo, sin darme cuenta lágrimas corrieron por mis mejillas, como es que ella había cambiado tanto, yo no podía creerlo.
Era cierto que era una nueva Serena, porque en tan poco tiempo endureció su corazón. Pero no me daría por vencido, luchare por ella.
