Capítulo 22

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Para la triple Ra, por estar siempre ahí en los momentos difíciles.

El aire era húmedo y eso que ya comenzaba a amanecer. El sol haciendo uso de su costumbre volvía a alzarse vigoroso ante un mundo que lo contemplaba con desdén.
Todos estábamos en silencio. Eso no era un castillo, ni las mejores historias de caballeros de la edad media describirían nunca un castillo mejor. Las torres se alzaban presuntuosas sin miedo a chocar con las nubes. No era capaz de deducir los metros que tenía aquello. Ni de alto ni de ancho. Se extendía sobre un césped enorme y muy verde. Parecía sacado de un cuento.
Ya decía yo que aquello pintaba demasiado fácil. No iba a ser coser y cantar eso estaba claro. Pero tampoco me imaginaba eso. Entrar allí iba a ser bastante complicado y salir...
Salir sería una misión demasiado arriesgada. Pero ya estábamos allí y no pensábamos echarnos atrás ahora. No sin haberlo intentando.
Tal y como John había previsto, Natham subió a una de las torres a desactivar la antena mientras que Sanda buscaba la forma de desconectar la alarma.
Yo me fui a buscar el panel mientras Bianca y Yioua merodeaban por los alrededores. Sam se quedó tras de mí cubriéndome las espaldas por si la cosa se ponía fea.
Me acerqué y pude ver el panel electrónico reluciente ante la entrada. En cuanto me sitúe a su altura se escuchó una horrible voz metálica:
-Este es el sistema del castillo.
Si pasas la prueba estas dentro,
sino saldrás como un cervatillo.
Con cola entre las piernas,
pidiendo auxilio.
Te recomiendo
que no te equivoques.
Tienes una oportunidad,
si aciertas,
las puertas quedarán abiertas,
si fallas,
Te convertirás en estatua,
hecha de piedra o hielo,
para que no des la lata.
Si te ha quedado claro,
Asiente,
Si no
Me da igual,
quien sea el que miente
pues correrá tu misma suerte.
Moví la cabeza cuidadosamente hacia abajo.
- Con esa actitud,
no se donde piensas llegar.
Pues aunque entres,
dentro te matarán.
La prueba ya comienza,
escúchame con atención,
que luego no quiero líos,
por alguna equivocación.
Deberás componer una poesía.
Más te vale que sea buena,
Deberá contener en cada verso...
La palabra llena.
Venga,
Inténtalo nena.
Estaba a punto de estallar y decirle que era un chico pero no tenía ganas de pelearme con una máquina antes de entrar. Además está sería nuestra llave por lo que lo mejor era dejarlo correr. Ahora tenía que pensar una poesía. Bueno al menos me movía en mi campo.
-Tienes un minuto,
para exponer tus habilidades.
Venga y no seas lento,
demuestra lo que vales.
-Llena de coraje,
gritaba la luna llena.
Llena de sufrimientos,
Llena de pena,
Llena de lágrimas,
De mentiras llena.
Llena de imbéciles,
Que no de amor llena.
Por eso luna llena,
Deja de estar llena.
Que la pena llena
Pero no llena el corazón.
Si en cada estrofa llena,
Meto la palabra llena,
De tonterías la poesía estará llena
Vaya una faena llena,
Que se te va la pinza llena sistema.
Llena de barbaridades,
quedó la poseía llena.
Llena de tonterías,
Que no de frases llenas y con sentido.
Me canso amigo de la palabra llena,
Avisame si el minutero se llena.
Qué de pena esta el alma llena.

-El minuto ya ha pasado,
Y sentido no he hallado.
A dicha composición.
He de decir sin embargo,
Que me gusta tu estilo,
Pero como de eso no se come,
Hablaré con Squilo.
Ahora regreso caballero,
No desespere,
Si ve que no regreso,
Despierto no me espere.

Vaya un sistema. Tenía un sentido del humor un poco particular.
De repente una voz de niña llegó de lo lejos. Era Bianca. Sam y yo salimos corriendo hacia allí. En cuanto llegamos Sanda que ya había desconectado la alarma hizo lo que todos estábamos a punto de hacer.
-Bianca, ¿Qué pasa?
-Yioua...
-¿Dónde está?
-Yioua...
-Bianca, habla ya por Dios.
-Se la han llevado... Yo... Yo intenté detenerlos pero no pude. ¿Qué iba a hacer yo contra todos ellos?
-¿Quiénes son ellos?
-No lo sé Marcus. No lo sé.
Y se echó a llorar. Yo ya no era capaz de pensar con claridad. Se habían llevado a Yioua. A mi Yioua. A esa chica que podía con todo. Estará bn Mark. Me repetía una y otra vez pero presentía que mi alma no volvería a recuperar la paz hasta que la tuviese frente a frente.



Comer sin ser comidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora