Cuando eres una madre "irresponsable" y tienes marido e hijos celosos...
Hoy soy yo quien quiere contarles lo que significa ser la señora Graham y tener tres hijos, dignos herederos del buen nombre...
Había salido de casa para hacer unas compras: Dylan me había pedido unas cosas para la escuela y Lucy unos colores para su dibujo. Terence había vuelto hacía poco, así que aproveché para ocuparme de estos encargos y dejarlo a él en casa cuidando a los niños. Porque, ¿cómo puede hacer una mujer, que entre hijos, marido y trabajo, tiene tan poco tiempo para sí misma...?
Compré lo que necesitaban los chicos, hice algunas compras en el supermercado y, cuando volvía a casa, me quedé hipnotizada frente a un escaparate donde vi un vestido precioso... Lo miro y lo vuelvo a mirar, y luego me digo:
"Bueno, sí, entro y me lo pruebo... ¡Un poco de tiempo para mí me lo merezco!"
Entro y el dependiente me muestra el vestido que decido probarme. Es muy amable, me hace un montón de cumplidos, elogiándome y diciéndome que, a pesar de haber tenido tres hijos, mi figura sigue siendo perfecta... El tiempo pasa y no me doy cuenta de que la hora que había dicho que volvería se ha duplicado.
Compro mi vestido, me aseguro de haber comprado todo y vuelvo a casa.
Me abre la puerta mi hijo Dylan.
"Mamá, ¿pero no habías dicho que saldrías por una hora? ¿Es posible que todas las veces que sales sola te pierdas por el camino...?"
Llega Lucy:
"Mamá, los colores eran para hace un par de horas... Claro, si hubiera sabido que ibas hasta París a comprarlos en la tienda de Monet, habría hecho otra cosa."
"Menos mal que Karen todavía habla poco... ¡Si no, también me pondría en la cruz!" pienso para mí misma.
"Espero que hayan terminado la tarea... Y papá está en la sala con Karen, ¿verdad?"
"Mamá," responde Dylan, "mientras tú estabas paseando por la ciudad, no solo terminé la tarea, sino que limpié la caseta de Dream, ordené la cocina que tú no arreglaste y también hice nuestras camas."
Y Lucy añade: "Yo, en cambio, no hice nada, mamá... ¡Lo hizo todo él!"
Y Dylan, irónico: "No me dices nada nuevo, Lucy. ¡Por supuesto que lo heredaste de alguien!"
"Entonces, Dylan, ayudaste a mamá, ¡has sido un buen chico! En casa siempre hace falta una mano. Pero no habría imaginado que también ustedes me regañarían... ¡Ya bastaba con su padre! De todos modos, gracias, Dylan, intentaré ser más puntual la próxima vez. Ahora les prepararé la merienda y la llevaré a la sala, junto con el té para papá."
Dylan me mira y dice:
"Te esperamos allá... No te pierdas también en el pasillo, de aquí a la sala, ¿eh, mamá?"
"¡Dylaaaaan!"
Preparo la merienda y la llevo a la sala, donde me espera la segunda ronda...
Me había puesto el vestido que compré en la tienda, solo para ver la reacción de Terry.
"¡Aquí está la merienda, niños!"
"Candy, amor, ¿has vuelto?"
"Sí, papá, después de haberse perdido por la ciudad... al menos no se perdió aquí en casa."
"Noto cierto mal humor... Amor, ¿qué hiciste?" me pregunta un Terry irónico.
"Tus hijos son peores que tú... Pero, ¿no notas nada?"
"Vaya, qué vestido tan hermoso... Te queda de maravilla, amor."
"El dependiente dijo que, para haber dado a luz a tres hijos, mi figura es soberbia."
"¿Qué dependiente?" me pregunta.
"El que me lo vendió."
"¿Me estás diciendo que perdiste tiempo con un dependiente que te hacía cumplidos? ¿Para qué los necesitas, si yo te los hago desde la mañana hasta la noche?"
"Papá, un día nos van a robar a mamá..." dice Dylan.
"Y claro, ¡una joya así, seguro!" responde Terry.
"A ver, ¿hoy están todos en mi contra por haber salido un par de horas? ¡Soy una madre y una esposa irresponsable, está bien así!"
Me levanto con dignidad y me voy...
Mientras tanto, la pandilla de padre e hijos empieza a reírse a carcajadas.
"¡Cómo se ha enojada, papá!"
"Pobre Pecas, la hemos dejado K.O.... ¿Qué les parece si vamos a pedirle perdón?"
"¡Siiiiii!" gritan todos.
Yo estaba en la cocina hablando sola, como hago cada vez que me enojo, cuando entran los cuatro...
"Candy, nosotros..."
"¡No te acerques, Terry! ¡Estoy realmente enojada!"
"Mamá, estábamos bromeando... aunque es verdad que siempre te pierdes cuando sales... Es solo que nos gustaría tenerte siempre aquí. ¿Nos perdonas, mamá?"
"Y el vestido, amor, hiciste bien en comprarlo... Te queda realmente bien. ¡Estás guapísima!"
"¡Mamá puede con todo!" dice Lucy.
Karen observa la escena con una expresión perpleja... Parece que dice: "Bah... ¿Quién los entiende? Primero pelean, luego hacen las paces... ¡Los grandes son realmente raros!"
Se acercan los cuatro y me abrazan.
"¿Qué es ese perfume, Candy?"
"No lo sé... Será del dependiente. Tal vez quedó cuando me probé el vestido..."
"¿Eh? ¡¿Pero tú estás bromeando?! ¿Cómo se atrevió?"
"¡Oh no! ¡¿Pero qué hice de malo?! ¡Díganmelo ustedes!"
Un día cualquiera en casa Grandchester...

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fragmentos de nosotros
FanfictionPero si Candy y Terence tuvieran hijos...divirtámonos con sus pensamient.