c e r o.

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Peyton no se sentía cómoda en esa fiesta, de no ser por que Ashton, su mejor amigo, prácticamente la había arrastrado hasta ese lugar,ahora estaría en la comodidad de su hogar, probablemente durmiendo.

Tomó su chaqueta de jeans que había dejado descuidadamente sobre una mesa, que gracias a la piel de cordero que llevaba por dentro era realmente cálida y ayudaba mucho en una noche como esta, se la colocó y salió de la zalagarda que estaba dentro de la casa que había estado abandonada hasta un par de horas antes de que la fiesta comenzara.

Caminó un poco hasta encontrar un lugar pacifico, para reflexionar sobre la elección de mejores amigos,que había hecho unos cuantos años antes.

Lucía como una especie de feria, de esas donde está la rueda de la fortuna y ganas osos de felpa para tu novia. La entrada estaba bien iluminada.

Se sentó contra la desgastada reja, de pintura blanca descascarada y notó que aún desde ahí podía observar la casa en la que estuvo minutos antes, y como desde las  ventanas emanaban luces de colores y humo, .

Sacó su cajetilla de cigarrillos, para tomar uno y encenderlo con destreza.

Estuvo así un buen rato, inhalando y exhalando el humo tibio, que causaba placer en su cuerpo sin contar el daño que le hacía a sus pulmones.

Pero algo la sacó de su zona de relajo. Sintió unos pasos sobre el césped que se iban aproximando decididamente a ella y en su cabeza empezaron a reproducirse lentamente escenas de crimenes. Se le erizaron los vellos y se le secó su garganta.

Su ritmo cardiaco aumentó al ver surgir de entre las sombras de la noche una silueta alta, de espalda ancha, que llevaba una capucha negra sobre la cabeza, las manos en los bolsillos y la cabeza gacha.

Iba a comenzar a gritar, pedir ayuda, internamente maldecía a Ashton Irwin por traerla contra su voluntad a lugares como estos sólo por una chica que quizás ni siquiera recordaba que el chico de hoyuelos se llamaba Ashton, pero la figura se detuvo tranquila frente a ella.

- Hey tú -dijo suavemente aquella persona y sonó más como un ronroneo de gato, la voz era grave, rasposa y eso atrapó más la atención de Peyton, que buscaba distinguir la cara de aquel tipo- ¿Tienes fuego?

- S-sí. -balbuceó nerviosa, con dedos temblorosos tomó el encendedor que se hallaba en su bolsillo y se lo tendió-

Él lo tomó bruscamente y ella dio un pequeño respingo.

Se quitó la capucha,tomó un cigarro entre un par de dedos, con la otra mano sacó una llama del encendedor y tomó una bocanada de humo.

- Gracias. -dijo mirando fijamente a la chica para luego botar el humo hacia un lado torciendo su boca-

A ella le pareció una criatura hermosa y misteriosa. Este chico tenía cabello rubio en punta, ojos celestes como cielo en un día soleado, piercings y tatuajes. Sin mencionar lo mucho que causó su voz en ella.

- No hay por qué. -respondió educadamente, él le tendió el objeto de vuelta y ella pudo observar que su dedo indice estaba manchado casi completamente de un color violeta electrico, sin hacerlo esperar más lo cogió y lo guardo donde estaba antes-

- Qué haces por aquí a las tres de la mañana? -dijo el haciéndola sobresaltarse, ya que aún no se acostumbraba a su profunda voz-

- Me salí de una estúpida fiesta, para venir a pensar. -Peyton respondió tirando la colilla al suelo para apagarla con la suela de su zapatilla- ¿y tú?

El la miró atentamente unos segundos, botó el humo que estuvo conteniendo a través de una petulante sonrísa.

- No le contesto esas preguntas a extraños. -mordió su labio inferior y soltó una risita, luego rascó su nariz mirando hacia cualquier lado ,que no fuera la chica, para lucir más interesante-

- Pues conozcámonos. -soltó ella sin ni un tipo de verguenza, el posó su penetrante mirada en la chica, como para asegurarse de lo que había escuchado era verdad y no producto de su imaginación-

" Una niña tan decente como ella, no dice cosas tan arrebatadas ", pero en efecto Peyton siempre fue más curiosa que respetuosa.

El negó sin querer revelar su identidad.

- Me llamo Peyton -soltó ella de pronto captando su atención- voy en penúltimo año del instituto, me relaja fumar y tengo un mejor amigo muy egoísta que me trae a fiestas contra mi voluntad para luego abandonarme. -continuó hablando con una velocidad poco moderada que digamos-

- Si que te aburriste en esa fiesta, nena. Digo, como para que vengas a decirme todo esto como un pequeño períco. ¿Hace cuánto rato no hablabas con alguien? -contestó el con diversión y ella esbozó una sonrisa por sus sabias palabras, pues esa era su situación: estaba aburrida, quería hacer vida social y en tres horas de fiesta nadie la tomó en cuenta-

- Dime tú nombre. -exigió ella al cabo de unos segundos, el tiró la colilla al suelo y metió sus manos a los bolsillos para mirarla con la cabeza inclinada-

- ¿No te rindes? -le consultó él-

Ella negó.

- Nunca. - respondió alzando sus cejas-

El se quedó en silencio, observando el alrededor, meditando si revelar su nombre o no.

Después de todo era justo. Ella casi le daba la contraseña de todas sus redes sociales, esta bien, eso fue exagerado.

- Me llamo Luke. -soltó y la miró esperando alguna reacción-

- Es algo corto, para alguien alto. -soltó ella queriendo decir un chiste, pero a él no le causó gracia, hace años que el humor blanco desapareció de su menú de diversión-

El ambiente se puso incómodo y Peyton no supo más que hacer que levantarse, lista para despedirse e irse.

Pero unos balazos resonaron por todo el lugar, Luke la rodeó con sus brazos formando un escudo, quedando Peyton entre las rejas y el cuerpo de Luke,luego unos pasos apresurados contra el cemento se escuchaban venir hacia ellos.

Peyton agarro la sudadera de Luke, con la mano hecha un puño, pues tenía miedo. El tomó su mentón haciendo que sus miradas se conectaran. La miró con una expresión suave buscando transmitirle paz.

- ¡HEMMO, HEMMO HIJO DE PUTA! ¿DONDE Estás? ¡EL PUTO DE GARCÍA ME QUIERE MATAR, ME DESCUBRIÓ! -se escuchó a metros de ellos-

Luke suspiró tranquilo pues se trataba de Mike su mejor amigo. Se alejó de la chica quién lo miró confundida.

- Nos vemos Peyton de penúltimo año -murmuró con una sonrisa de lado pues aún estaban bastante cerca- Debo irme.

Ella asintió todavía confundida y lo vio ponerse a correr a la par de un chico de cabellos verdes que llevaba una mochila colgando de sus hombros.

" Hemmo " repitió unas cuantas veces en su cabeza hasta que perdió de vista al par.

Sin encontrar otro motivo para seguir ahí volvió a la fiesta para buscar a Ashton y convencerlo de salir de ahí, pero debía rescatar que Luke, la misteriosa y hermosa criatura que conoció hoy, fue lo mejor de la tortuosa noche.

Dating » l.hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora