Dating » l.h

t r e c e

Peyton POV.

Era lunes, ya habían pasado varios días de mi discusión con Ashton. No habría bandera blanca hasta que él se acercara a mi, hasta que actuara como si nada pasara me bastaba.

Pero ahí estaba él, en los pasillos colgando de la mano de Anna como un llavero. Codo a codo con los populares que siempre aborreció y es que Ash era tal como un camaleón. Se adaptaba a cualquier tipo de chica que le gustara. Hace tiempo que ya no era el mismo, pues de cada chica le quedaba algo. Yo quería al original, al autentico. Aunque finalmente lo aceptaría de cualquier manera.

Me sentía sola en el instituto. Me daban ganas de llorar y de irme a casa. Pero no era de las que mostraban sus emociones fácilmente y tampoco de las problemáticas.

Tenía tanto por dentro y nadie a quién decirle.

Necesitaba escribir una canción.

Pero esto no me pasaba hace tanto tiempo que yo ya había vendido mi guitarra usada que gané en un bingo a los 9.

Tenía tiempo aún, fui al salón de música y escuché la batería. Ashton Irwin, reconocí sus típicos patrones de percución. Estaba al otro lado de la puerta cuestionándome si entrar o no. Giré la perilla de la puerta, esta se abrió y me reveló a Ash sentado detrás de la batería, rodeado de Anna y sus no-tan-plásticos amigos, más atrás una chica rubia y un chico castaño claro.

Todos voltearon a mirarme. Cerré la puerta detrás de mi y me dispuse a tomar la llave del estante de las guitarras.

Todos volvieron a lo suyo.

Introduje la llave en la cerradura y no podía doblarla para quitar el seguro.

Estaba trancada,golpeé un par de veces la puerta y nada.

Las llaves cayeron al suelo y cuando me agaché para recogerlas unas manos con scotch se me adelantaron.

- Toma. -dijo el rizado con una sonrisa tendiéndome las llaves- ¿Tienes problemas para abrir esto? -pregunto él intentando esta vez con la llave y funcionó-

- Gracias Ash -murmuré y saqué una guitarra-

El cerró el estante con llave y me las tendió.

- ¿cómo estás? -dijo sonriendo mostrándome sus hermosos hoyuelos-

- No tan bien como tú. -dije ocultando mis ojos de los suyos, si no reventaría en llanto-

- Oh, Pey -susurró con culpa y tomó mi mano para llevarla a su boca, la beso dulcemente con su aire principesco-

- Ash,ven aquí! sigue tocando,debes practicar. -chilló Anna-

- Practicar para qué? -dije quitando mi mano de su agarre-

- Ya lo verás, luego hablamos pequeña. -besó mi frente sonoramente y se fue a tocar para el grupito de tontos-

Me senté en uno de los pequeños escalones del escenario, ni tan lejos, ni tan cerca de la chica rubia y el de cabello castaño que tenía un peinado parecido al de Luke.

Saqué mi cuaderno y me puse a escribir a medida que rasgueaba acordes en la guitarra perfectamente afinada.

Llevaba un verso y el coro listo. Obviamente sin cantar pues me daba pudor que los demás escucharan.

- Hola, nos puedes dar tu opinion? -me interrumpió la rubia-

- Uh, claro. Esta bien. -le sonreí-

El castaño me miró, era muy lindo. Sus ojos miel taladraron los míos y mi corazón bombeó con fuerza.

- Desde el coro Justin. -avisó la rubia y comenzó a tocar la guitarra-

- Cuz all of me loves all of you -cantaron juntos y sonaba perfecto-

Cuando terminaron aplaudí y el supuesto Justin me guiñó un ojo.

- Suena bien? -preguntó la rubia-

- Perfecto. Que hacen aquí? Deberían dar conciertos. -reí y la rubia sonrió ampliamente-

- Me agradas, soy Val. Y el es Justin.

- Cantan muy bien.

- Quieres ir a almorzar con nosotros? -dijo Justin-

- Uh esta bien. -me encogí de hombros-

- Que bien porque muero de hambre. Cuál es tu nombre? -dijo Val colgando la mochila en su españda-

- Peyton. -balbuceé-

-Bueno Pey, vamos. -Val me tomó por los hombros y me condujo por los pasillos-

- Que hamburguesa quieres?-habló Justin a mi lado-

- Me parece que hay pollo y patatas de almuerzo. -señalé la cafetería-

- Oh no niña bonita, no comemos aquí. Prefiero comer Play-Doug que esta comida rancia. -comentó Val-

- Entonces a donde vamos?

- Al Mc Donals -dijo Justin- O donde queramos. -rió-

- Traes dinero? -preguntó Val-

- Sí.

- Entonces nada te detiene, nada malo va a pasar.

Fuimos hasta los estacionamientos que nadie ocupaba. Había que saltar una reja y huir de ahí, para después entrar de la misma manera. Todo muy rápido para no ser descubierto y sentí una energía nueva recorrer mi cuerpo, algo muy "you only live once"