Capítulo 4

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En el primer lunes de abril de aquel año cuando asistí al colegio sucedió algo extraño, cuando vi a María y fue a la única chica a la cual no pude observar la cantidad de años que viviría ni su causa de muerte. Pero eso no me preocupó, ni presté atención a ese detalle, y de pronto María se acercó a mi y me dijo -hola, ¿cómo estás?, ¿cómo te sientes hoy?

-hola Bella, muy bien gracias por preguntar ya estoy bien-.

Algo me causó mucha inquietud porque la noche anterior de aquel día tuve un accidente en motocicleta y nadie lo sabía, por lo tanto me llenó de mucha inquietud.

Al instante decidí entablar conversación con ella y tratar de saber más sobre aquella chica.

- la verdad eres una chica muy linda y atractiva, y tu personalidad es excelente. Me parece que deberías darte una oportunidad con el amor-, le dije yo tratando de lograr algo con ella.

Ella sonriendo respondió

- muchas gracias por tu alago, pero ya estoy interesada en un chico en especial-.

En ese instante se desvaneció de mi rostro la sonrisa que tenía ya que todas mis ilusiones se desvanecieron ya que mis oportunidades con ella se fueron.

Ella pudo notar al instante que mi sonrisa había desaparecido y preguntó -¿qué sucede?, ¿porqué te pusiste en ese estado?-.

-no pasa nada, tranquila solamente es un simple dolor de cabeza y que estoy un poco pensativo por un asunto sentimental-.

-¿En qué piensas?, claro si puedo saber-, dijo ella.

-Lo que pasa es que estoy enamorado de una chica, técnicamente es mi amor platonico-, le respondí yo.

Ella duró cinco minutos sin hablar, sin decir una sola palabra, había un silencio total.

De pronto se me ocurrió preguntarle a ella algo muy comprometedor -si te dijera que eres tú mi amor platonico, ¿que pensarias?-.

Ella respondió inmediatamente -sinceramente no sabría que decirte, porque nunca he pasado por esto-.

Yo guardé silencio por unos instantes y pensé como hacer para decirle la verdad a ella. Inmediatamente decidí decirle la verdad.

-La verdad es que eres tú... tú eres esa chica de la cual estoy enamorado y quisiera intentar algo contigo-.

Ella respondió -muchas gracias enserio-.

María guardó silencio por unos instantes y me dijo

- debo confesarte algo, pero prometeme que no dirás nada-.

Algo en ese instante causó que mi corazón latiera más rápido que nunca y le respondi -claro dime-.

-la verdad es que tú me gustas y eres un chico diferente a los demás y eso me gusta-.

-la verdad no sabes lo feliz que me haces con decirme eso. Tú eres por quien yo estoy dispuesto a realizar lo imposible-.

Ella se quedó en silencio y su mirada tenía esa misma luz que la hacía tener esa mirada de ángel. En ese instante decidí tomar sus manos y decirle lo que en ese instante sentí - aunque no pueda amarte de la forma que tú quieres... te amaré de la mejor forma que conozco... entregandote mi alma vida y corazón. Prometo protegerte en todo momento y no dejar que nada malo te suceda, cuando te sientas sola no dudes en llamarme porque actuaré como si fuera tu ángel guardián-.

Ella me abrazó fuertemente y me dijo -gracias enserio vale la pena intentarlo-.

Ese día por mi mente pasó una frase "si no tienes nada que proteger en tu vida, nada tendrá sentido", pero yo estaba dispuesto a darlo todo por ella.

Cuando de pronto sonó la campana del colegio indicando que ya las lecciones habían finalizado y por lo tanto nos marchamos para nuestros hogares.

mirada de ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora