Amigos en quien confiar.

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Poco a poco me fui volviendo una de ellos, me sentía completa, tenía marcas de guerra contra mi en todo mi cuerpo, y la droga, la droga era como visitar el cielo, gracias a ellos volví a nacer. A mi madre ya casi no la veía ya que yo llegaba al rededor de las 11 de la noche a mi casa y como siempre ella estaba probablemente en un bar haciendo quien sabe que cosa pero yo a ella ya no le daba importancia. El día del aniversario de muerte de papá, mamá llegó más temprano de lo habitual pero muy pasada de copas ella sólo me vio y me lanzó la botella que tenía en la mano, y me grito-¡si tu no hubieras pedido ir al parque tu padre estaría vivo! ¡Eres basura! ¡No debiste haber nacido!- jamás había visto tanto odio junto en una persona, una persona que me odiaba más que a nada en el mundo, y esa persona era mi madre. Después de oír ese reclamo me encerré en mi cuarto todo el día, saque un filo que me había regalado Martha y deje que el dolor invadiera otra vez mi cuerpo, pero ese era un dolor más leve, un dolor que no mataba a tu corazón si no a tu cuerpo. Yo dije- ¡Das asco! ¿¡Que hiciste para nacer y merecer esto!? ¡Te odio!- luego me aleje del espejo....

La historia de mi corta vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora