La apuesta.

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No entendía porque se reían «¿sera que tengo algo en la ropa?» hasta que John se levantó y me dijo -¡Que injenua eres niña! ¿En serio creiste que alguien te haría caso? Todo fue una apuesta, nena eres muy tonta- todos seguían riéndose, absolutamente todos, bueno, excepto Martha que era la única en la que tenía confianza. No pude evitar llorar, lo que me acababan de decir no era algo fácil ni sencillo, yo me había enamorado de el. Elena se levantó y me explicó -Niña tonta, Nike es mi novio, John, Marcus y el apostaron que si aceptabas y te hacías como nosotros le pagarían $1000 cada uno, nena estas horrenda y eres muy "santa"- dijo haciendo comillas con sus dedos - a los chicos no les gustan las niñas como tu.- Martha para sorpresa mía me tomó del brazo y me alejó de ellos por que sin darme cuenta estaba parada sin moverme, llorando y escuchando las ofensas de ellos.
Martha me explicó que ella estaba con ellos por la droga que le daban ya que ella no tenía para comprar así que me dijo que cada semana yo la viera en la esquina contraria a mi escuela para que me compartiera de su dosis. Ella me daba algunos filos y el alcohol lo sacaba de la cocina, así me la pasaba en mi cuarto, llorando y quejandome de toda esta maldita vida. Iba de vez en cuando a la escuela y eso sólo porque mi tía me tenía amenazada de que si no iba no me daría el dinero cada semana.

La historia de mi corta vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora