Capítulo 20

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Ahora me encuentro en el hospital, echada en la cama, aún con los ojos cerrados.
Lo último que recuerdo es sentarme en un banco del zoo junto a Suzuya.
Respiro profundamente y el olor de la almohada me llama la atención. Huele tan bien que no puedo evitar acercar más el rostro. Cada vez que recorro un centímetro el aroma se hace más fuerte, mis labios chocan contra otros sin darme cuenta y abro los ojos como platos. Pero me relajo al ver los ojos de Suzuya, igual de abiertos que los míos. Me echo para atrás por la situación, no incómoda sino rara por besar a alguien dormido. Me siento en la cama y paso la mano por su frente y después le alboroto el pelo.

- Buenos días. -digo aún con la mano en su cabeza.
- Buenos días. -responde bostezando.

Me pongo en pie y voy hacia la ventana, ya camino normal mis heridas estan curadas ya prácticamente. Alzo la mirada, en un establecimiento se puede ver un gran reloj digital que marca las diez de la mañana. Doy media vuelta (Suzuya está sentado en el borde de la cama estirándose) y me pongo junto a él.

- Suzuya ¿cómo llegué aquí? Es decir me senté contigo y luego...
- Apoyaste tu cabeza en mi hombro y te quedaste dormida, así que te traje hasta aquí cargada.
- No me acuerdo de nada.

Él sonríe y se levanta.

- Hoy te dan el alta ¿no?
- Sí.
- ¿A qué hora?
- No sé.
- Pues iré a que te lo den ahora.
- ¿A-ahora?
- Sí.

Suzuya abre la puerta y antes de salir se para.

- Hoy te diré eso importante, pero antes de eso tendré que decirte...otra cosa -esto último lo dice con tristeza.
- Espe- Suzuya cierra la puerta antes de poder formar la palabra.

Me quedo apoyada en la pared del fondo de la habitación pensando...¿qué se supone que es esa otra cosa que me quiere decir? ¿Y por qué puso esa cara de tristeza?
Después de un tiempo la puerta se abre, y la enfermera junto a Suzuya, entran hablando. Los dos dejan de hablar y dirigen la mirada hacia mí.

- Señorita Yukinori le acabamos de dar el alta, ya se puede ir a casa. - dice la enfermera con una sonrisa en los labios.
- ¿De verdad?,
- Sí. Pero va a tener que seguir ejercitando las piernas.
- Está bien. Entonces ya me voy.
- Claro, adiós.

Me dirijo al ascensor con una sonrisa de oreja a oreja, pero se me quita al ver a Suzuya cabizbajo a mi lado.

- ¿Qué te pasa? -digo poniendo mis manos en sus mejillas y obligando a que me mire.
- Te lo contaré cuando estemos en casa.
- Es por eso importante que querías decirme o por la otra cosa que querías decirme.
- Lo segundo. - dice desanimado.
Suspiro y las puertas se abren. Suzuya aún cabizbajo me agarra de la mano y echa a correr. No se lo impido al ver que debajo de esos preciosos mechones blancos hay abundantes lágrimas.

Ya nos encontramos enfrente de casa, él se para y se gira. Sólo veo lágrimas cayendo al asfalto y sus horquillas sujetando su flequillo.

- Yo...-dice sollozando.

Lo sé soy malvada (^_-)

© La hija de Shinohara (1ª Temporada Terminada) Juuzou SuzuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora