Capítulo 8

423 37 5
                                    

-Koala... Tú me quieres ¿cómo algo más que un amigo Koala?-preguntó Sabo a la chica.
Koala se había quedado paralizada y no supo qué responder, sentía que las piernas le temblaban un poco y que sus pómulos empezaban a arder.
Sabo parecía estar esperando la respuesta de Koala, fuera positiva o negativa. El chico estuvo esperando ese momento durante varios años, pero nunca tuvo el valor de preguntárselo hasta ese mismo momento.
-Esto... Yo...-la rubia no para de articular palabras sin sentido hasta que consiguió decir algo-. No, yo no te quiero Sabo... Yo te amo...-respondió la chica apartando la mirada.
Al oír aquella respuesta, a Sabo se le dibujó una gran sonrisa en el rostro, pero, estaba tan feliz, que se lanzó encima de Koala y le dió un beso en los labios, beso que sería el primero de bastantes otros.
Ambos seguían unidos en aquel beso, no querían que aquel momento acabara, porque, ahora que ambos sabían lo que sentía el otro, no querían separarse del otro. Desgraciadamente el mejor momento de sus vidas duró apenas unos minutos, porque ambos se estaban quedando sin aire y necesitaban respirar.
Sabo fue el primero en apartarse de la rubia, que aún mantenía los ojos cerrados, pero que iba abriéndolos lentamente. Ninguno dijo nada, ambos se mantenían en silencio, pero a la vez hablaban. Hablaban con la mirada, los ojos de ambos tenían un brillo especial, ya que por fin estaban con la persona a la que amaban. Seguían en silencio, hasta que, al ver lo tarde que era, Sabo rompió el silencio.
-Esto... Yo tengo que irme ya, ¿nos vemos mañana en clase?-preguntó Sabo, que tenía un leve sonrojo en lasa mejillas y miraba hacia otro lado.
Koala, al ver como se comportaba el chico con ella, no pudo evitar echar una suave risa, cosa que al chico no le hizo mucha gracia.
-De, ¿de qué te ríes?
-Me río de ti Sabo, es que, no puedo evitar reír porque por fin he conseguido lo que quería, que era estar contigo.
Sabo esbozó una suave sonrisa al oír esas palabras, pero al recordar que tenía que irse se despidió de la chica.
-Ahora si me tengo que ir Koala, pero antes...
Sabo dio un rápido beso a la chica y se fue corriendo hacia su casa mientras se despedía con la mano. Koala también se despidió y se dirigió hacia su apartamento, que tan sólo estaba a unas manzanas de allí.
Cuando el chico llegó a su casa, no fue muy bien recibido por sus padres...
-Hijo, se puede saber dónde te habías metido? Tu padre y yo estábamos muy preocupados por ti-dijo una mujer de cabello rubio a Sabo.
-¿Estás segura de eso mamá? Porque yo no lo creo... Me voy a dormir.
Sabo se dirigió hacia las escaleras del piso superior, pero un hombre le detuvo.
-Sabo, ¿qué forma es esa de hablar a tu madre?-replicó un hombre de tez morena y cabello oscuro.
El chico no respondió y entró en su cuarto cerrando con cerrojo, un, dos y tres vueltas. No quería que nada ni nadie le quitara aquella felicidad que sentía por dentro. Entonces sonó su teléfono. Era un mensaje de Koala.
Koala:
Ya te echo de menos. ♥
Al leer eso, Sabo sonrió y respondió a la que ahora sería su novia.
Sabo:
Tranquila, sólo tienes que hacer una cosa para no echarme de menos.
Koala:
El qué?
Sabo:
Soñar conmigo ;-)
Koala:
Estás seguro de que puedo soñar contigo??
Sabo:
Pues claro que sí, tienes mi permiso.
Entonces, Sabo oyó unos pasos que se acercaban a su puerta, cerró el móvil y lo puso encima del colchón. Después se dirigió a la puerta y abrió el cerrojo.
-¿Qué queréis ahora?
-Queremos saber lo que te pasa hijo, no podemos permitir que nada te distraiga de tus estudios-respondió el hombre a su hijo.
*Bip. Bip*
Aquello le había delatado, la pantalla no dejaba de iluminarse como un árbol de navidad. Sabo fue corriendo a recoger su móvil, pero no llegó a tiempo, ya que su madre lo cogió primero.
Koala:
De acuerdo, soñaré contigo. Hasta mañana Sabo.
PD: Hoy me has dado el mejor regalo que pudiera haber tenido... Gracias.
Los tres se quedaron en silencio, nadie sabía cómo reaccionar ante aquella situación, sobretodo Sabo, que sabía que sus padres no permitirían que aquella relación fuera mucho más lejos que un beso de enamorados...

¿Empezamos de nuevo? [2ª edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora