Cap. 2

89 10 2
                                    

Cada vez me sentía más agusto con mi tía y apenas llevaba tres horas en Barcelona. Las cosas empezaron a llegar, así que nos pusimos a subir mi ropa, mis libros, alguna lámpara que traje para el piso y los posters. Los recuerdos de mi familia los dejamos en la caja, luego pondríamos las fotos por el piso. Estaba cansidisima y solo era el medio día.

Tita M. José- ¿Qué te apetece comer? Como he estado estos meses en Granada no tengo nada en el frigo.

Abbie- Mmmm... ¿Qué tal si vamos al mercadona?- Nos reímos y al final mi tía acabó aceptando.

Cogí una de mis sudaderas favoritas, ya que hacia frío. Estábamos a principios de Noviembre y aquí la temperatura era más baja. Baje las escaleras corriendo y me encontré a mi tía cogiendo el correo. Tenía muchísimas cartas.

Tita M. José- Madre mía, son todo facturas y propaganda, excepto...-dejo de hablar y se puso muy roja.

Abbie- ¿Eso qué es?- pregunté interesada, pero no me dejó verlo- anda, dejame veeeer- y puse cara de niña pequeña.

Tita M. José- Pero ni se te ocurra reirte- dijo muy seria. Asentí y ella me dejó ver la carta.

Abbie- ¿Daniel? ¿Quién es Daniel?- empecé a inspeccionar el sobre y había corazones por todos lados, a saber qué ponia dentro- ohh, que novio más atento que te escribe cartas.

Tita M. José- Pero que tontita eres-dijo riéndose- en realidad es una persona genial.

Abbie- ¿Lo conoceré algún día?- dije dudosa.

Tita M. José- Eso espero, aunque no quiero agobiarte ahora.

*Casi una hora después*

Habiamos estado un montón de tiempo en el mercadona decidiendo, y al final gané yo, eligiendo Yatekomo.
Mi tía no lo admitía (toma rimaca) pero se que le gustaba.

Abbie- Creo que voy a dormir un poco, estoy súper cansada.

Tita M. José- Claro, tranquila. Me iré en una hora o así a por unos papeles de trabajo, si cuando te levantes no estoy por favor no salgas. Y si es una urgencia coge las llaves.

Abbie- Vaaale- le di un beso en la mejilla y me fui a mi "habitación".

Estaban todas las cajas por el suelo, ya que no habíamos colocado casi nada. Solo nos habiamos traido dos muebles de mi antigua habitación, pero estaban sin montar aún. Quite todas las cosas que había encima de la cama y me tumbé. Al minuto todos mis músculos se relajaron, y me dormí en nada. Soñando con, tal vez, una vida algo mejor.

*Dos horas después*

Mierda, mierda, ¡MIERDA! Había estado durmiendo dos horas. Ya eran las cinco, ¿habría vuelto mi tía?
Salí de la cama y ¡pum! Me caí al suelo... Soy demasiado torpe.

Abbie- ¿Tita? ¡TITA!- esperé unos segundos, pero no, no estaba en el piso.

Voy al baño y me lavo la cara. No me gusta mi aspecto físico. Mi pelo natural era un rubio oscuro, pero como yo lo odiaba me lo tinté negro con reflejos azules. Ya se me ha ido casi todo, pero me da bastante igual. Lo peor son mis ojos. Son de un verde tan claro que apenas se ven.
Salgo del baño, harta de pensar en cómo soy, siempre que lo pienso me deprimo. Cojo las llaves y cierro la puerta. Tal vez haya una terraza en lo alto del bloque. Mientras subo las escaleras corriendo me doy cuenta de que no he cogido la chaqueta. 
Llego arriba y, efectivamente, hay una terraza. Se ve bastante bien Barcelona, aunque ya apenas queda sol.

*Flashblack*

Carmen- Abbie, ¡Abbie!- grita mi mamá desde la cocina.

Abbie- Ya voooy- dice una pequeña de cinco años.

La niña corre y se sienta, su madre lleva rara unos días, tal vez es porque echa de menos a su padre. Está en un viaje de trabajo.

Carmen- Cariño... Mamá tiene que decirte algo importante, así que tienes que prometerme que serás una niña fuerte, ¿vale?

Abbie- ¡Lo prometo!- dice, sonriente.

Carmen suspira y mira la mesa, mientras, la niña se retoca las coletas.

Carmen- Abbie, papá no está en un viaje de negocios- la pequeña mira confundida- verás, a veces, cuando las personas mayores no se entienden, lo mejor es que no estén juntas, ¿entiendes?- Abbie asiente- papá y yo nos vamos a separar.

Abbie- ¿Eso quiere decir que me pasará lo mismo que a Paula?

Paula era una niña de su clase, su madre la cuida sola ya que su padre se largó antes de que naciera.

Carmen- Algo así... Papá y mamá tendrán un juicio, y tú irás también- Abbie mira, completamente confundida, a su madre- un juicio es donde se decide cuánto tiempo deberás estar con papá y cuánto estarás con mamá- aclara ella.

Abbie- ¿Y por qué no podemos estar todos juntos y ya está?

Carmen- Pues... Porque papá y mamá no quieren. Lo siento cariño- y abraza a su hija.

Días después, Carmen, como ya esperaba, ganó el juicio. Carlos, su padre, fue a la cárcel por traficar con droga (aparte de haber engañado a su mujer con otra). Y Abbie empezó a vivir sola con su madre.

*Fin flashblack

Las lágrimas salen sin parar. Tal vez ahora podría estar llorando la muerte de mi madre junto a mi padre, pero no, él estaba en la cárcel, seguramente sin recordar que dejó a su hija sola.

Tita M. José- ¿Abbie? ¿Estás bien?- se acerca rápido.

Abbie- No...- respondo entre sollozos- ¿por qué tiene que estar en la cárcel? Debería estar aquí, ¡ayudándome! No le importo nada a mi padre.

Tita M. José- Claro que le importas cariño- dice, mientras me acaricia la cabeza.

Me levanto de sopetón y empiezo a gritar.

Abbie- ¡MENTIRA! Entonces, ¿por qué no respondió ninguna de mis cartas? ¡Le envié cartas durante años seguidos! Y fui a verle durante meses, ¡el maldito guardia siempre me decía que mi padre no quería recibirme!- mientras grito no paro de llorar, no puedo, esto es demasiado ya- No le importo a nadie.

Tita M. José- A mi sí que me importas, muchísimo.

Nos quedamos abrazadas un tiempo hasta que dejé de llorar. Luego bajamos y pusimos la calefacción.

Abbie- Me estoy helando- y acto seguido estornudé.

Mi tía se empezó a reír y la miré con cara rara, ¿qué tenía tanta gracia?

Tita- Estornudas como un gatito- dijo, sin parar de reírse.

La miré con el ceño fruncido, pero luego me reí con ella.

Abbie- ¿Mañana daremos una vuelta por Barcelona?- pregunté, aunque recordé una cosa- ¿O tienes que trabajar?

Tita- Tengo libre esta semana, así que me tendrás que aguantar de guía turista.

Sonreí y encendí la tele. Estaría bien ver una película con esta loca. Se sentó a mi lado y acabamos viendo una sobre un perrito, los animales son mi debilidad.

Abbie- Muero de sueño- dije, bostezando- mañana levantame a las nueve o no me moveré de la cama.

Tita- Vale- dijo riendo- buenas noches.

Abbie- Buenas noches- le di un beso en la mejilla y me fui.

N/A: Hoola! Os esta gustando la historia? Agradecería muchísimo que voteis y me dejeis comentarios con alguna sugerencia, gracias! <3

¿Cuándo se acabará esta soledad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora