Harry Potter: One-Shots & Preferences

PREFERENCE. Época de Harry Potter

Como os conocisteis (Parte 2)

George Weasley:

Estabas andando por los pasillos, acompañada por Angelina, tu mejor amiga, cuando un chico alto y pelirrojo se acercó a vosotras. Lo conocías de los partidos de quidditch, era uno de los bateadores de tu casa, Fred Weasley. ¿O tal vez era George? El caso es que os miró insinuante y os ofreció algo que parecía un petardo.

-Tres galeones una caja pequeña de cinco unidades, una ganga -dijo sin más preanbulos.

-No gracias, Fred -denegó tu amiga.

Weasley frunció el ceño.

-Soy George. Además, esto no es un petardo cualquiera, es un "Silbido". Silba y echa chispas, y lo mejor de todo, ¡no se puede parar! Con ningún hechizo, solo con la contraseña que le digas al encenderlo, ¿no es genial? Venga, si me compraís dos cajas pequeñas os lo dejo en dos galeones cada una, pero solo porque sois vosotras, ¿eh?

-Vete al cuerno, George.

Angelina apartó a George de un empujón y seguisteis caminando. Al cabo de unos minuto Angelina frunció el ceño y comenzó a urgar en su bolsa.

-Oye, ¿te importa que vaya un momento al aula de Pociones? Es que me acabo de acordar de que se me olvidó recoger mi redacción sobre la Cura para la Artritis.

-Claro, te espero en el Gran Conedor, me muero de hambre.

Era verdad, tu estómago rugía por algo de comida.

-Ok, gracias. Nos vemos allí.

Y salió corriendo hacia las mazmorras. Tú en cambio saliste en dirección contraria al Gran Comedor, hacia donde os habíais encontrado con George Weasley. Y, en efecto, el pelirrojo seguía allí. Comprobaste que no había moros en la costa y te acercaste a él.

-Weasley, ¿sigue en pie la oferta de dos cajas dos galeones?

Neville Longbottom:

Era un sábado de mediados de otoño. Aquel día habías aprovechado para bajar al invernadero y echarle un poco de matapulgones a tu orquídea monstruosa. Llevabas ya un rato trabajando cuando un chico de pelo oscuro entró en el invernadero.

-Uy, perdona, no sabía que estaba ocupado.

-No lo está -reíste-. Solo está ocupado el matapulgones orgánico.

-Vale. De todas maneras yo venía a buscar algo de compost.

Sonreíste y seguiste rociando las hojas de tu planta. Sin embargo no pudiste evitar mirar lo que el chico estaba haciendo.

-Espera un momento, ¿eso es una mimbulus mibletonia? -preguntaste, sorprendida.

El chico te miró con curiosidad.

-Sí, ¿por?

-Siempre quise tener una.

El chico sonrió de oreja a oreja.

-¿Te gusta la Herbología?

-¡La adoro! Tengo una colección de platas carnívoras. Mira esta es una Orquídea Monstruosa.

-Wow. ¿Cómo la conseguiste?

-Me la trajo mi tío de Brasil. Oye, si quieres un día te puedo enseñar mi colección, la tengo en el Invernadero 9.

Al chico se le iluminó la cara.

-¿De verdad? Eso estaría genial. Por cierto, no me he presentado, soy Neville.

-Yo [T/N]. Si quieres te la enseño ahora, en cuanto acabe con la orquídea.

-Perfecto. Acabo con esto y vamos.

Oliver Wood:

-Te digo que las Mortrose Magpies van a aplastar a los Falmouth Falcons -insististe.

-Los Falcons tienen un físico inviadible. Por muchos logros que tengan las Magpies no van a ganar la final de la Copa -argumentó Alicia.

-Eso ya lo veremos. Todavía no habeis pasado la semi final, no sabemos que tal están de ese físico que dices tú.

-Eso te crees tú. Esta claro que ganamos seguro.

-La semifinal sí pero la final es imposible.

-Mucho me temo que no, señoritas -dijo una voz masculina a vuestras espaldas.

-Oh, Wood cállate -Alicia puso los ojos en blanco.

-¿Y por qué no? -preguntaste tú. Tenías cierta curiosidad sobre que opinaba aquel chico sobre quidditch.

-Porque no van a superar la semifinal; el Puddlemere United va a panear a los Falmouth Falcons.

-Por favor, Wood, haz el favor de callarte -estaba claro que Alicia estaba harta de Wood.

-Eso no es lo que opinan los expertos -repusiste tú.

Wood se encogió de hombros.

-Que quieres que te diga, lo noto en la sangre.

-Uy, sí, Oliver, tú tienes un sexto sentido para el quidditch -dijo Alicia sacasticamente-. Ahora, ¿puedes dejar de meterte en conversaciones ajenas?

Oliver puso los ojos en blanco.

-Vale, vale, ya me voy. Hasta luego Alicia, nos veremos en el entrenamiento. Adiós, fan de las Magpies.

-[T/N] -le informaste.

Oliver sonrió.

-Entonces adiós, [T/N].