Harry Potter: One-Shots & Preferences

Snorkarcks de cuernos arrugados

Luna & Rolf

Luna Lovegood avanzaba por los espesos bosques de Suecia. Era cierto que estaba cansada y se moría por un chocolate caliente, pero si el Snorkack de Cuernos Arrugados existía, tenía que encontrarlo en un claro a menos de cien metros de donde se encontraba. Luna avanzó pesadamente hasta el claro y comoprobó que sus sospechas eran correctas. Con una sonrisa ilusionada, combrobó que tantas noches de insomnio trabajando y los cayos de tanto escribir habían dado sus frutos. Frente a ella se encontraba una pequeña criatura peluda, con dos grandes cuernos enrollados y rugosos. Sin hacer ruido, tomó varias fotos y luego se acercó. El animalillo la miró a los ojos, claramente inacostumbrado a los humanos. Luna lo tomó con delicadeza y lo metió en la enorme jaula que traía consigo. Comprobó con satisfacción que le sobraba espacio.

-Tranquilo, amigo, pronto podrás volver con tu familia. Aunque seguro que no hablas inglés, en todo caso sueco...

* * * * *

Dieciseis meses después...

Era una fiesta en el Ministerio de Magia. Luna había acudido con sus compañeros del Departamento de Regulación y Control de las Criaturas Mágicas, pero se había quedado rápidamente sola, bebiendo tímidamente de su copa de champán. Fue entonces cuando un hombre de cabello rubio y ojos azules se acercó a ella, sonriendo de medio lado.

-¿Luna Lovegood? -preguntó-. ¿La descubridora del Snorkack de Cuernos Arrugados?

-Sí, soy yo -anunció la rubia con una sonrisa.

-Por Merlín, no me lo puedo creer. Soy un gran admirador suyo, señora Lovegood.

-Llámame Luna, por favor.

-Eso haré. A propósito, soy Rolf, Rolf Scamander.

-¿El nieto del gran Newt Scamander?

Rolf asintió, con una sonrisa de orgullo en su cara.

-Dígale a su abuelo que él es la razón de que me dedice a la Magizoología. Por cierto, su cara me suena muchísimo...

-Entré en Hogwarts el año en el que usted se encontraba en quinto.

Una bombillita se encendió en la mente de Luna.

-¡Es verdad! Le vi varias veces en la Sala Común.

-Ya que somos compañeros tuteemonos -propuso.

Luna rió.

-Eso está hecho. -Alzó su copa-. Por los viejos tiempos y por todos los alumnos de Ravenclaw.

Rolf sonrió de medio lado y alzó su copa.

-Por los viejos tiempos y por todos los alumnos de Ravenclaw -repitió y ambos bebieron.

Rolf y Luna pasaron el resto de la velada hablando. Ambos eran muy avispados y tenían un sentido del humor bastante similar, lo que agradó a Luna. Tanto que decidieron quedar el sábado siguiente para tomar un café tranquilamente y conocerse mejor. Las citas como esta nunca dejaron de sucerderse.