Harry Potter: One-Shots & Preferences

PREFERENCE. Época de Harry Potter

Como os conocisteis (Parte 1)

Harry Potter:

Ese sábado tu equipo y tú teníais el partido más importante de la temporada: Slytherin contra Gryffindor. Por ese mismo motivo habíais quedado esa tarde para entrenar, como llevabais haciendo toda la semana. No fue hasta llegar al campo, vestidos con vuestro uniformes y con las escobas en la mano, cuando os dísteis cuenta de que estaba ocupado. Sobre vuestras cabezas volaban estudiantes atraviados con túnicas rojas, gritando órdenes y pasandose quaffles.

-¡Eh! -chillaste-. ¡Este es nuestro campo!

Dos jugadores bajaron al suelo. Si no recordabas mal, sus nombres eran Oliver Wood y Harry Potter.

-No -repuso Potter con calma-, nosotros lo habíamos reservado.

-Anda, y nosotros, no te fastidia. El profesor Snape nos ha dado permiso.

-Y a nosotros McGonagall -Potter se iba molestando poco a poco-. Vosotros llevais entrenando toda la semana. Nos toca.

-Haberlo pedido. Si sois tan estúpidos que pretendíais encontraroslo vacío no es nuestro problema. Draco, enseñales el permiso.

Draco sacó la hoja, firmada por el profesor Snape, el director Dumbledore y madam Hooch, que nos acreditaba el uso del campo aquel día.

-¿Y bien? -inquirió Marcus-. ¿Donde está el vuestro?

Potter y Wood se ruborizaron, parte de vergüenza, parte de rabia.

-No... no tenemos. Solo la palabra de McGonagall -reconoció Wood.

-Que pena. Ahora, largo de nuestro campo.

Wood hizo un gesto y el resto del equipo aterrizó, interrogante. Wood les esplicó el problema rápidamente y se retiraron a los vestuarios. Potter iba el último, por lo que me acerqué a él.

-Buena suerte mañana, Potter. La necesitarás.

Ron Weasley:

Aquellas vacaciones las pasarías en casa de tu mejor amiga, Ginny Weasley. Nada más entrar te presentó a sus hermanos.

-Estos dos son Fred y George -dijo, señalando dos chicos exactamente iguales-. Si los confundes no pasa nada, total, nadie los diferencia.

-¡Eh, eso duele, hermanita! Nosotros que confiabamos en tu vista privilegiada -dijo uno de ellos, finjiendo estar ofendido.

Ginny puso los ojos en blanco. Fuimos a la cocina. Allí nos encontramos con un chico con una larga coleta pelirroja.

-[T/N] este es Bill.

-Encantado.

-Igualmente.

Ginny sonrió y tiró de mi manga. Subimos hasta su habitación, donde estuvimos hablando y jugando a los naipes explosivos hasta que alguien aporreó la puerta.

-¡Ginny! ¿Donde está mi "Quidditch a través de los tiempos"? -gritó alguien (probablemente un chico) desde fuera de la habitación.

-¿Y a mi que me cuentas? -le respondió Ginny.

-Te lo di el lunes, ¿no te acuerdas o qué?

-Y yo te lo devolví, cerebro de mosquito.

La puerta se abrió y entró un chico pelirrojo (como todos en esa casa) y larguilucho. Tenía la nariz llena de pecas.