Capítulo 9. Iguácel

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-A por él fiera.- le susurré al Fanny.

Me lanzó una mirada asesina y cogí de la mano a Jason para dejarlos solos.

Pasé toda la tarde con Jason, riendo y hablando.
A eso de las 11:00 pm se fue. Yo me quedé en mi habitación. Me estaba quedando dormida cuando me mandaron un mensaje al móvil.
Lo miré medio dormida y pude visualizar algo que decía: Te temdo re coysr una cosso mañanan.

Espera no, abrí los ojos bien y ponia: Te tengo que contar una cosa mañana.

Era de Fanny. Me preguntaba que querrá decirme, pero bueno ahora no tenía ganas de pensar.

Me desperté a eso de las 8:00am. Seguía con sueño, pero la luz entraba por la ventana y no me dejaba dormir.

Fui a desayunar. Lo bueno es que mi casa es solo un piso y no tenía que estar subiendo y bajando escalones.
Entré en la cocina y no había nadie. Entonces pude ver en la nevera una nota. Me ecerqué y la leí.
Nota: Buenos días hija, me tengo que ir por motivos de trabajo dos semanas a New York. Lo lamento, pero no estarás sola. Jason se quedará a cuidarte.
Mamá
P.D: Utilicen protección que soy todavía joven.

Dios, mi madre no podía haber escrito eso. Era muy vergonzoso. Bueno lo bueno es que estaba dos semanas sin madre y con novio (no piensen mal)(Bueno les doy permiso).

Me quedé un rato pensando en que desayunar, cuando de repente sonó el timbre. Yo, toda feliz, sentada en el sofá pensando en que desayunar, y alguien tenía que molestarme. Me levanté, y sin ganas de coger la silla, ya que estaba al otro lado de la habitación, me dirigí a la puerta.
Cuando iba a abrir el picaporte, volvieron a tocar al timbre que resonó en mi oído.
-PUTO TIMBRE- Maldije en voz alta.

En cuanto abrí solté:
-¿Qué clase de persona enferma llama al timbre al las 8 de la mañana tantas ve...?
Me callé en cuanto vi a Jason mirándome con una sonrisa, parecía divertirse la escena que había montado yo sola. Puedo llegar a ser exagerada y bipolar.
-Vaya, yo también me alegro de verte, nena. Sólo he llamado dos veces y a demás le prometí al tu madre cuidarte y estar contigo, a solas- Eso último lo remarcó y me miró con cara de pervertido.
Yo me reí.
Luego levanté una ceja
-¿Esto... y ese "nena" a que ha venido?
-No se- Se encogió de hombros- supongo que estaba pensando en un apodo para ti.
-Pues sigue pensando bonito.
-¿Por qué? Nena suena sexy- me miró con una sonrisa pícara.

Le sonreí y rodé los ojos.
Entré en mi casa y me senté en el sofá. No me apetecía hacerme el desayuno pero tenía hambre, así que se me ocurrió una idea. El bol se mi desayuno estaba sobre la encimera. En cuanto Jason lo vio me preguntó:
-¿Has desayunado?
-Nop- le contesté remarcando la "p"- Tampoco tengo hambre.

Eso odiaba que se lo dijera. Él era muy sobre protector y quería que yo estuviera sana, sobre todo después de enterarnos de lo de mi enfermedad.
Entonces me contestó:
-Vas a comer. Yo prepararé tu desayuno. No te nuevas.

Bingo. Yo había ganado. Menos mal que me había salido bien la jugada por que tenia mucha hambre. Murmuré un gracias y sonreí disimuladamente proclamando mi victoria.

Después de desayunar llamé a Fanny. Me cogió el teléfono a los tres timbres y solté sin darle tiempo a saludar:
-¿Qué tal ayer con Daniel pequeña puta?
-¿Cómo has dicho?

Mierda esa no era su voz. Era de una mujer que parecía un tanto enfadada.

-Em... yo... lo siento... señora ¿está Fanny?

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Ja ja ja aquí la puta soy yo. Os lo dejo así.
Bien actualicé.

APLAUSOS PARA MI.

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