Capítulo 2 - ¿Quedamos?

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La mañana siguiente me levanté, baje a desayunar, saludé a mi madre y me fui. Cuando estaba en la parada de autobús, esperando el autobús, un coche se paró delante de mi y pitó. Para cuando miré hacia él, Peeta ya había salido con una sonrisa.

-Katniss! - dijo - ¿quieres subir?

-Claro Peeta - respondí con una sonrisa.

Durante el camino ibamos hablando.

-Bueno Peeta - dije - ¿que hacías por allí? Porque ayer no me pareció que vivieses por esta zona.

Cuando acabé de decirlo Peeta ya estaba sonrojado a más no poder, ¡es tan tierno!

-Bueno, digamos que hipotéticamente yo había ido a tu casa a buscarte para llevarte al instituto, y que también hipotéticamente no estabas así que busqué la parada de autobús más cercana y te encontré - dijo sonrojado y con una sonrisita de verguenza.

¡Que mono! ¡Había ido a buscarme a mi casa! Creo que en estos momentos podrías freir un huevo en mi mejilla de la roja que está.

Cuando llegamos al instituto tuvimos que separarnos ya que teniamos clases diferentes. Cuando me senté, como siempre, en un sitio del final, Cato vino con una sonrisa arrogante y se sentó a mi lado.

-Hola, bicho raro - dijo

No le respondí.

-¿Así que no quieres responder? - dijo - pues mejor, escuchame. Yo de ti dejaria a tu noviecito, si no tanto tu cómo él tendreis problemas.

-¿Que dices? - dije - yo no tengo novio.

-Di lo que quieras, per que sepas que Peeta Mellark no va a estar contigo mucho tiempo - y dicho esto se levantó y se fue.

Estuve pensando en eso toda la clase, y cuando acabó, aprovechando que tenía clase con Peeta, salí rapidamente para hablar con él.

Al salir de la clase, escuché muchos gritos y vi un grupo (bastante grande) de gente alrededor de algo, así que me acerqué y lo vi. Cato y sus amigos estaban dandole patadas a Peeta, que estaba tirado en el suelo gritando de dolor y sin poder defenderse. Así que justo cuando iban a darle una patada me puse en medio y la recibí yo. Caí al lado de Peeta y él me miró preocupado.

-¿Estás bien? - preguntó, casi sin poder hablar.

-Si, no te preocupes - dije. Y me levanté - parad ya - les dije a Cato y a sus amigos - dejadlo en paz, ¿no creeis que ya es suficiente?

-¡Nunca es suficiente para un hijo de puta como él! - gritó Cato - ¡se merece esto y mucho más!

Justo en ese momento aparecio un profesor.

-¿Que está pasando aquí? - preguntó - ¡Mellark! Ve a la enfermeria, y tu Cato, ven conmigo.

Peeta intentó levantarse, pero no pudo asi que lo ayude y lo acompañé a la enfermeria. Cuando llegamos la enfermera me hizo tumbarlo en una camilla y mientras ella lo revisaba yo estaba sentada en una silla al lado de la camilla.

-Estará dormido por más o menos 30 minutos, por la anestésia. Quédate y cuando despierte dale las pastillas y avísame - dijo la enfermera.

-Está bien - respondí.

Estuve todo el rato, mientras dormía, cogiéndole la mano y acariciándole el pelo. Hasta que despertó.

-¿Donde estoy? - preguntó, fregandose los ojos como un niño pequeño, no pude evitar sonreír ante este gesto.

-En la enfermeria - respondí y al instante se giró hacia mi con los ojos abiertos como platos.

-¿Te has quedado? - preguntó

-Claro que si - respondí - ¿como estas?

-Mejor, creo - dijo - aunque probablemente sea por el hecho de que estas aquí.

¡Maldito Peeta! Me hizo sonrojarme otra vez.

-Bueno, tomate estas pastillas - dije.

Se las tomó, llamé a la enfermera y me dijo que ya se podía ir, pero que tenía que hacer reposo y que yo tenía que acompañarlo a su casa.

-Bueno, vamos - dije una vez estuvimos dentro de su coche.

Cuando llegamos a su casa, la qual era enorme, lo ayudé a subir hasta su habitación.

-Tumbate - le dije - ¿te duele algo? - pregunté una vez estuvo tumbado.

-No, esto bien - respondió - oye, puedes irte si quieres.

-No quiero - dije - estaré aquí hasta que lleguen tus padres.

-Está bien

Estuvimos hablando toda la tarde y cuando oí las llaves me llevanté.

-Me tengo que ir - dije - ya han llegado tus padres. ¿Nos vemos mañana?

-Claro - contestó con una sonrisa.

Di media vuelta cuando...

-¡Espera! - dijo antes de que me fuera - mañana despues de clase ¿tienes algo que hacer?

-No - dije - ¿porque?

-¿Quieres que quedemos?

-Claro - dije con una sonrisa - hasta mañana.

-Hasta mañana.

Llegué a casa, le hice la cena a mamá, cené yo y me tiré a la cama, otra vez con esa sonrisa de estúpida enamorada.

- Te amo Katniss - PeetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora